El Dr. Márquez no se olvida de esa gente valiente que se decide a escalar vías de largos bajo el tórrido sol veraniego. Esta vez nos trae dos trucos que evitarán que te achicharres –o un poco menos– mientras escalas tapia sin que, además, pierdas el estilo.
Aún no se han logrado descubrir las razones pero hay gente a la que le encanta escalar largos en pleno agosto y al sol, así, tentando al cambio climático. Si eres de esos y nada te persuade para buscarte una sombrita más amable, te vamos a contar dos trucos para que no termines cantando como una chicharra por el calor.
Escalador pero elegante
¿Cuántas veces no te has ido a trepar vías de largos y has terminado con el cuello como para freír beicon? Hay quien huye de las cremas solares porque te dejan las manos pringosas y luego los mosquetones se resbalan entre los dedos igual que sardinas en aceite pero tenemos otra alternativa, muy elegante por cierto: llévate tu mejor camisa hawaiana a escalar y levanta el cuello para protegerlo del sol. Sencillo, te ahorras la crema y además te van a preguntar si Alex Honnold es primo tuyo. No podrás desmentirlo.
Gafas que no estorban
El segundo truco tiene que ver con las gafas de sol. Cuando hacemos deportiva no hay problema, las dejamos a pie de vía y listo, pero en vías de largos la historia cambia: siempre estorban cuando escalas y encima ves menos que un gato de escayola. Pero ¿y lo que se agradecen cuando las llevas puestas en la reunión?
Pues bien, cuando sea nuestro turno de escalar podemos quitárnoslas y colocarlas en la nuca, pasando las patillas por debajo de los tiradores del casco (un motivo más para llevar casco cuando escalas). Ojo que resulta más cómodo colocar el puente de las gafas (donde colocas la nariz si eres ser humano) mirando hacia el cielo, para que los cristales no te molesten al levantar la mirada.