Seguridad en boulder. Aprende a aterrizar y a portear

En una sesión de boulder saltaremos decenas veces sobre la colchoneta desde una altura que variará desde unos pocos centímetros hasta los dos metros. La acumulación de impactos supone una sobrecarga importante para las articulaciones y la espalda, por lo que aprender a caer de forma correcta y adquirir el hábito de portear al compañero es un deber, y no solo para evitar lesiones, sino para cuidar de la seguridad de todos los usuarios del rocódromo. A continuación te explicamos cómo aterrizar y portear con seguridad.

 

La dureza de la colchoneta de la sala de boulder está calculada para proteger y amortiguar caídas de escaladores de distinto peso y desde diferente altura. Además, la moqueta superior se ha confeccionado en una sola pieza con uniones de velcro, evitando las peligrosas juntas que tantos esguinces han provocado. Pese a todo, no es una colcho de salto de altura en la que caer alegremente y de espaldas desde el top de un bloque. Vuelos descontrolados y aterrizajes desastrosos tienen consecuencias, en ocasiones graves, como fracturas, luxaciones y lesiones de espalda.

Las siguientes pautas deberían convertirse en un hábito irrenunciable tanto de los escaladores de rocódromo como de los asiduos del crashpad y la roca .

La rutina antes de escalar

Antes de intentar un boulder, fácil o difícil, hay que estudiar la zona de aterrizaje y si hay posibilidades de golpearnos con algún saliente (presa, filos, laterales…). Los equipadores cuidan al máximo que esto no ocurra, pero aun así no se pueden prever todas las situaciones. Echa también un vistazo a la colchoneta por si alguien se olvidó un cepillo, unos pies de gato…

Seguidamente, advertiremos a los escaladores que estén cerca de que vamos a escalar para que despejen la base.

Si no tienes compañero, seguro que encuentras a alguien dispuesto a portearte.

Aprender a caer

El escalador debe aprender a saltar y a caer en la colchoneta. Las peores caídas son las que se producen de forma inesperada (hace falta mucha experiencia para intuir cuándo y cómo nos vamos a ir para abajo y hasta los competidores de la Copa del Mundo salen despedidos sin esperalo muchas veces).

Estas son las normas básicas:

• Intenta que sean los pies lo primero que impacte contra el suelo. Como veremos en el siguiente capítulo, este aspecto también es una responsabilidad del porteador.

• En cuanto llegues a la colchoneta, flexiona piernas y amortigua el impacto para ahorrar sufrimiento a la cadera, la espalda y las articulaciones.

• Evita vuelos descontrolados. Según a qué altura, una retirada a tiempo será una gran victoria…

• Atención con las articulaciones (tobillos, rodillas, codos, hombros) al impactar contra la base. Es conveniente en algunas situaciones, sobre todo si caemos desde una altura considerable, rodar por la colchoneta (evitando apoyar muñecas y codos) y así amortiguar parte del impacto.

• Al caer en placa (vertical y tumbada) intenta separarte de la pared (empujando levemente con las manos y los pies) para que los pies no se encuentren durante el vuelo con alguna presa o volumen prominente. Para escalar en estos planos es interesante contar con dos aseguradores: uno que, desde dentro, nos impulse hacia el exterior y otro que haga el trabajo de acompañar la caída hasta la colchoneta.

• Si estás alto, en una postura delicada e intuyes que hay probabilidades de caer descontrolado, es mejor retirarse, corregir la posición del cuerpo y saltar.

El arte de portear

Los asiduos del boulder saben que un buen porteador es, además de un bien escaso, el mejor de los colegas de escalada. Velar por el compañero y saber amparar una caída es un deber sagrado de cualquier escalador, tanto en el rocódromo como en la roca. No olvidemos que la diferencia entre ir al hospital o reírnos tras una caída depende muchas veces de algo de atención y un pequeño gesto en su preciso momento.

Analicemos las claves:

• Los pulgares siempre pegados a las palmas para evitar luxaciones.

• El objetivo no es coger al escalador al vuelo, sino corregir la postura tras la caída, descargarle algo de peso y hacer que aterrice vertical y sobre los dos pies.

• Predeterminar ángulos de caída: es clave estudiar dónde va a caer el escalador y colocarnos en el lugar correcto. Analicemos qué ocurriría si se resbala de una presa roma, si se va un pie en adherencia, si falla en una recepción… No es lo mismo cubrir un paso de bavaresa que un taloneo o un lanzamiento.

• Cómo parar al escalador:

     Con las manos en la espalda si el cuerpo se encuentra diagonal o totalmente horizontal (techos, desplomes pronunciados, bavaresas con pies altos…).

     Manos a la cintura para dirigir al escalador en caídas verticales.

     Un toque en los glúteos para amortiguar y descargar peso en caídas altas y controladas.

• En ocasiones (lanzamientos, caídas altas, escalador pesado…) es conveniente que unan fuerza dos o más porteadores en la base.

 

 

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