El sábado pasado presentamos en Bilbao Noie, Ainhize Belar Iñi Ameriketan, en el festival internacional de cine de montaña MendiFilm. Se trata de un corto de 7 minutos que habla del del encadenamiento de Ainhize a una ruta de 9a+, el máximo nivel de dificultad de la escalada femenina en España.

Con Iñi Ameriketan, en la cueva de Baltzola, Ainhize Belar, una escaladora vizcaína de 18 años, elevó a 9a+ el nivel de dificultad de la escalada femenina en España, que permanecía sin moverse del 9a desde hace 22 años, cotación que alcanzó otra escaladora vasca, Josune Bereziartu.

Ainhize lo hizo a su manera, en silencio, casi de puntillas, sin avisar a nadie, sin público, acompañada de su aita. Escaló la vía más difícil de su trayectoria deportiva, y de la historia de la escalada deportiva en España. Una línea que tenía poco ensayada y que llevaba meses sin probar. Y cuando llegó a la cadena, en vez de gritar por su logro, dijo a su padre “Vale, hartu”. Ainhize habla en voz bajita en este mundo escalador con tanto ruido mediático.

Un planteamiento arriesgado

Noie documenta esta escalada, pero es una pieza de vídeo especial, porque el guion no pivota sobre el hito deportivo que supone esta actividad. El documental pone el foco en el diálogo interno de Ainhize, en sus pensamientos, en sus dudas, en los miedos, en lo que sucede en la mente de una escaladora de 18 años que se enfrenta a un reto que probablemente no salga bien.

El planteamiento formal del vídeo fue arriesgado desde el primer momento. Decidimos prescindir de la herramienta fundamental del audiovisual (la imagen) para concentrarnos en ese autodiálogo, en la forma en la que una deportista como Ainhize habla consigo misma mientras escala, en la carga psicológica, tan fundamental en cualquier reto deportivo.

Renunciar a la espectacularidad de Iñi Ameriketan, una vía de 35 metros que cruza el techo de la cueva y a esas imágenes de Ainhi reposando cabeza abajo y bailando por esos movimientos casi imposibles era un limitante que nos obligaba al equipo a trabajar los demás recursos de la mejor manera posible.

Pensando en voz alta

Pero esta apuesta también era una solución para centrarnos en lo que hace su forma de escalar tan especial. Ainhize es una persona que hace poco ruido (y esto es en todos los sentidos). Entendimos que grabando imágenes en Iñi Ameriketan tampoco íbamos a conseguir reflejar la dureza que supone encadenar una vía de esta dificultad. No es una escaladora que exteriorice los momentos de mayor esfuerzo con gritos o movimientos agresivos, y no quiere decir que no esté sufriendo y dando su máximo, incluso psicológicamente (durante un ascenso de este calibre la cabeza pasa por una montaña rusa de emociones y sensaciones).

Es únicamente a través de sus pensamientos reflejados en voz alta y escritos donde entendemos la verdadera dureza y pelea que supuso este encadene para ella. Porque más allá de un paso o un bloque duro, la escalada ha supuesto una batalla mental desde que dice noie hasta la cadena.

‘Delito audiovisual’

¿Qué sucede cuando no hay imagen e interactuamos con el espectador a través de otros recursos como la pantalla negra, el sonido directo, los efectos de audio o la música? Primero la incomodidad de la pantalla negra (7 minutazos de pantalla negra) a la que no estamos acostumbrados, y menos en este contexto del cine de montaña, donde los planos secuencia cada vez más sofisticados son la piedra angular de cualquier historia. Casi un delito audiovisual…

La incomodidad da paso a la imaginación. La mente se dispara, el juego audiovisual cambia por completo y el espectador se convierte en protagonista porque tiene que tomar partido. Tiene que “ver” en su mente los reposos cabeza abajo, los chapajes y los cruces.

Cuando desaparece la imagen la escucha se multiplica, se afila el oído y pronto la mente empieza a construir su propia imagen, con los distintos espacios sonoros, a descubrir matices, el eco y las gotas de agua de la cueva de Balzola, la respiración y los movimientos de Ainhize, la cuerda y las cintas, el esfuerzo contenido, los nervios, los diálogos con Jon, su aita, que le asegura y le acompaña en todo momento… y su narración, esos pensamientos e incertidumbres que le acompañan en un plano sonoro distinto, mucho más presente y cercano.

Lenguaje, territorio e historia

Con el guion sobrescrito en la pantalla, el lenguaje se convierte en el auténtico protagonista. Se escucha ese euskera de Atxondo en el que Ainhize habla consigo misma, a la vez se lee en el centro de la pantalla negra, y asume la importancia que tiene. Como en las obras conceptuales de Joseph Kosuth, el lenguaje despojado de artificios es la herramienta fundamental para contar esta historia. No queda más remedio que leerlo, escucharlo y entenderlo. El lenguaje y no la imagen está en el centro de este vídeo.

El lenguaje conecta con el territorio, con el eco de Baltzola, cueva con muchísima mitología local, y con gran carga histórica también en el mundo de la escalada. Lenguaje, territorio e historia, y una narración muy personal en voz bajita de la propia Ainhize, sin ningún tipo de artificio visual. En este siglo XXI donde la inmediatez y la espectacularidad de los drones y las redes sociales ganan a cualquier otro tipo de narrativa, esta era una apuesta tan arriesgada que podía quedar fuera de todo el circuito de vídeos de montaña.

El proceso y su estreno. ¡Gracias, Mendi!

Nos llevamos a Ane Zugaza con sus micros a la cueva, a grabar a Ainhize y a Jon, su aita, en acción. Mientras Aitzi remataba el montaje del vídeo nos metimos en el estudio de grabación para que Ainhi grabase en off de la mano de Jon Goiri, que lleva más de 30 años poniendo su voz en los doblajes de todas la pelis, dibujos y docus que has visto en la ETB. Qué suerte contar con un equipo capaz de ayudarnos a sacar adelante este plan sin pies ni cabeza.

Noie MendiFilm Ainhize Belar
Aitziber y Ainhize el día del estreno en MendiFilm.

Estamos tremendamente agradecidos al Mendi, que ha entendido la propuesta y se ha arriesgado a programarla en su festival. En este 2024 cargado de historias alucinantes de alpinismo, escalada, bici, buceo y aventuras, Jabi, Aitor, Jon y su equipo han dejado un hueco a otras formas de contar historias, más experimentales, más cercanas al de audiovisual de creación y con difícil cabida en los circuitos y el público del cine de montaña. SON UNOS VALIENTES.

Dani CASTILLO

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