Si tu incipiente curiosidad por la escalada te ha traído hasta estas líneas, es posible que haya un par de cosas que necesites saber antes de venir a Sputnik. Te contamos lo que (a nosotros) nos gustaría que nos contaran si fuéramos a escalar por primera vez.
Ya tienes lo más importante para comenzar a trepar: la motivación. El resto de cosas que necesitas son mucho más sencillas de conseguir. Eso sí, prepárate para que la escalada sea como un bicho que se te mete en el cuerpo. Como en la canción de The Strokes, puede que ni la gente, ni tus amistades ni si quiera tú mismo entendáis el por qué, pero la escalada puede cambiarte la vida. Luego no digas que no te lo advertimos.
Antes de salir de casa, ¿qué ropa llevar?
Por supuesto ropa cómoda, ten en cuenta que te vas a estirar en todas las direcciones posibles, así que prendas deportivas y transpirables serán siempre bienvenidas. Eso sí, prepárate para ponerla perdida de magnesio. Puedes traer pantalones cortos y, si son largos, siempre mejor que sean estrechos. Para escalar es necesario ir viendo dónde pones los pies y unos pantalones muy anchos pueden ponerte difícil esta tarea.
¿Otro detalle? Lleva las uñas cortas, las garras y manicuras se llevan mal con las presas de escalada.
Quítate el papeleo de encima
Antes de acceder a la instalación, cada persona tiene que rellenar un consentimiento. Puedes hacerlo directamente en las tablets que tenemos en el roco o puedes traer los deberes hechos de casa y rellenarlos online. ¿Lo tienes? Ya puedes acercarte a nuestra recepción.
Pero, ¿qué material necesitas?
Cuenta la leyenda que alguien una vez pidió unos escarpines para escalar y le llovieron tres toneladas de boquerones encima. Jamás se encontró el cuerpo, así que por si acaso y para evitar el riesgo, te aconsejamos que pidas unos pies de gato. Ojo, por mucho que te insistan tus amigos, no cojas tres tallas menos, ya tendrás tiempo de apretar (y que te duelan los pies como jamás imaginaste) y convertirte en Adam Ondra.
Esto es todo lo que necesitas, además de la entrada, si vas a hacer boulder. En esta modalidad no necesitas ni autoaseguro ni arnés. Escalamos a pocos metros del suelo, con una colchoneta especial para amortiguar caídas y más importante aún para evitar lesiones: el porteo.
No importa que vengas solo, vas a ver que el ambiente en el roco es abierto y colaborativo y a nadie le importa si estás empezando o eres una eminencia de la escalada. Así que si vas a hacer boulder pide a quienes tengas a tu alrededor que te porteen y ofrécete para portear tu también (hay quien se ha ido en camilla en su primer día de escalada y no quieres ser tú). Esto no significa que descuidemos las medidas de seguridad ante la Covid.
Para escalar vías es donde entran en juego el arnés y el autoaseguro, esa cinta que te sujeta a la parte alta del recorrido y que te baja suavemente cuando llegas arriba (o tus brazos están tan agarrotados que pareces un T-Rex). Lo bueno de este sistema es que puedes escalar en solitario y no tiene más misterio que aprender a engancharte el mosquetón al arnés.
Nuestros técnicos y el equipo de atención al cliente te pueden ayudar a enfundarte el arnés y enseñarte dónde está cada cosa dentro del rocódromo.
El grado de dificultad
Tanto en vías como en boulder empleamos el sistema francés para catalogar la dificultad de la escalada empezando por el 1, que sería el paseo que has hecho por la acera hasta entrar en Sputnik.
Una vez dentro, verás que los grados empiezan a contar desde el 4 (que también puede aparecer en números romanos), el 5, etc. En estas vías las presas son más grandes y son idóneas para calentar motores y comprobar cómo se mueve tu cuerpo en el roco.
Dependiendo de tu habilidad, puedes probar vías más difíciles. A los grados a partir del 6 se le añade una letra (a, b, c) y un + para indicar mejor la dificultad.
En Sputnik, al inicio de cada vía verás un cartel que indica el color de las presas y su dificultad y en el boulder unas etiquetas de colores son las que indican el grado.
Aviso para novatos, no decimos “esa vía es un cinco” sino “un quinto” pero sí decimos que “es un seis a”.
Cómo pasártelo bien
– Parece que calentar el cuerpo antes de echarse a escalar es de mataos, pero te aseguramos que es una de las mejores maneras de evitar lesiones. Si no sabes qué hacer, puedes empezar por aquí.
– La escalada no es un deporte individual. Aunque nadie puede escalar por ti, los bloques y vías se resuelven mejor en compañía. Comparte con otros escaladores cuando no sepas cómo resolver un bloque o vía, llegarás más lejos.
– Encuentra compañía para escalar. Si quieres puedes hacer uso del tablón de anuncios que tenemos en Sputnik, verás que hay más gente como tú que busca compañeros de escalada.
– ¿Quieres aprender a escalar con cuerda o meterte en un grupo de entrenamiento? Apúntate a un curso de iniciación y aprende a escalar con seguridad.
– No pierdas la cabeza con el material, alquílalo hasta que tengas claro qué vas a necesitar. Verás como pronto ves útil tener tu propios pies de gato.
10 términos que vas a oír en el roco y que debes saber:
Magnesio (líquido): además de evitar que las manos nos suden y nos resbalemos en mitad de una escalada, la versión en líquido contiene alcohol y fomenta la desinfección de las manos. No necesitas traerlo de casa, encontrarás distribuido por el roco.
Pies de gato: jamás unos zapatos de tacón apretaron tanto como este calzado apto para la escalada. Su suela de goma te da precisión y agarre sobre las presas. Si estás empezando será suficiente con que quede entallado, déjate recomendar por el equipo de atención al cliente.
Arnés: eso que te ata a la vida. Al contrario de lo que indica la moda, el arnés no se lleva cagao, más bien al estilo abuelo: ajustado y si puede ser por debajo de los sobacos, mejor.
Darle un pegue: sacar fuerzas y darle un intento (más) a ese bloque que no terminas de sacar.
Bicho o bicha: así se llaman la mitad de las personas que escalan en el roco (perfecto si además no sabes su nombre). Se desconocen los motivos pero este apelativo tiene el poder de insuflar ánimos cuando las fuerzas flaquean.
Porteo: lo que te puede salvar los tobillos o evitarte un buen golpe en la nuca. Una vez más, la escalada no es un deporte de solitarios.
Apretar: lo que te hacen los gatos a ti y lo que haces tú con las presas para encadenar.
Encadenar: escalar sin caerte y de principio a fin el bloque o vía que tienes entre manos.
Tape: el esparadrapo de toda la vida. Lo agradecerás cuando la piel de tus dedos comience a levantarse y quieras seguir escalando.
Chapas: piezas de metal fijadas a la pared por dónde se pasa una cinta con dos mosquetones y a este la cuerda de escalada como método de seguridad en la escalada en vías. No están ahí para agarrarte ni quedarte a descansar.