Operación STUPID. Bici-escalada en Gredos

Juanma León / Clownclimbing

No nos imaginábamos que se convertiría en la actividad de moda este año. De hecho, cuando se nos ocurrió, nos pareció una idea bastante estúpida y precisamente por eso nos pusimos de acuerdo de inmediato: escalar todas las agujas emblemáticas de la Sierra de Gredos y unirlas en bicicleta de manera autónoma. Eran claramente los efectos secundarios de casi tres meses de confinamiento, una propuesta desesperada que tuvo que esperar hasta la nueva normalidad para salir de la Comunidad de Madrid. O sea, en junio y en plena ola de calor… ¡Operación Stupid en marcha! TODO VA A SALIR VIEN

Antes de que sigas leyendo, hay una cosa que tiene que quedar clara desde el principio: esta no es una historia para ciclistas y seguramente tampoco para escaladores. Este viaje deja de lado todas las pretensiones deportivas habituales en nuestros tiempos. Fuera grados, fuera cifras y fuera letras. Fuera tracks, pulsómetros, piezas de carbono. Y, por supuesto, fuera licra. Este es un viaje de amigos (casi convivientes), un viaje de volver a lo básico, sin orden preestablecido, ni programación, sin cronómetros ni móviles. Un viaje de dormir en el suelo y comer con las manos, de mucha cerveza y wiski caliente y, sobre todo, de una higiene más que dudosa (cualquier escalador sabe perfectamente que unas vacaciones con ducha no son vacaciones).

Jornada 1 – sábado 4 de julio

Ávila – Puerto de Villarejo

Distancia (en bici): 57,1 km.
Desnivel positivo acumulado: 1.400 m.

Como ya te hemos contado antes, somos más de improvisación, pero al menos teníamos que decidir dónde comenzar a dar pedales y dónde terminar de darlos. Y alguien dijo ¿de Ávila a Ávila? y la verdad es que a todos nos sonó muy bien. Y así (para demostrar nuestra poca planificación) fue cuando empezamos este viaje en plena ola de calor, a 35 grados centígrados positivos, a las 14 horas del sábado 4 de julio bajo un sol de justicia.

Una vez en el puerto de Serranillos –al que, por cierto, subimos ayudados las cervezas que nos bebimos en Burgohondo– dormimos en el soportal del refugio de cazadores. Un sitio perfecto para la primera noche, con fuente propia y con mucho espacio para dormir. Si paras allí alguna vez por la noche puede que coincidas con más escaladores, y eso siempre es bueno.

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¡Yeahhh!
¡Yeahhh!

Refugio de cazadores en el alto de Serranillos. Un sitio perfecto para la primera noche.
Refugio de cazadores en el alto de Serranillos. Un sitio perfecto para la primera noche.

14:00 del medio día en plena ola de calor de julio. Comienza el viaje.
Las dos del medio día en plena ola de calor de julio. Comienza el viaje.

 

Día 2 – domingo 5 de julio

Puerto de Villarejo – Mirador cerca de La Lancha de la China

Distancia (en bici): 23,4 km.
Desnivel positivo acumulado: 500 m.

6:30 am y primer madrugón para evitar el calor. Un café o dos y una tostada country con un poquito de atún y chile habanero. Después de un desayuno así, sabes ya que el resto del día la intensidad solo puede bajar. De nuevo alardeamos de nuestra falta de programación y nos dimos cuenta de que esconder las bicis en el aparcamiento habitual de Villarejo (un arcén en una curva del puerto) no era la mejor idea, así que, después de charlar con unos escaladores locales durante el desayuno, decidimos subir hasta la cumbre con ellas y bajar a pie de vía por las canales de la cara norte. Nos dijeron que se podía llegar casi hasta arriba por una pista “100 por cien ciclable”. Una hora, varias trialeras, muchas zarzas y vegetación de monte bajo más tarde, y después de esquivar un rebaño de vacas, aporendimos que el concepto de “ciclable” está sujeto a una horquilla muy amplia de interpretaciones. Por eso, os dejamos aquí el punto donde tiramos las bicis y así haces tus valoraciones propias.

Ese día una cordada hizo la vía Javier Avellanos en la norte del Risco Gordo (a la sombra) y la otra el Espolón Gabriel Martín en la Punta Amparo (al sol). Saca tú también tus propias conclusiones: mínimas de 20° y máximas de 38°…

Nos subimos a las bicis rumbo al siguiente destino: el Torozo. Pocos kilómetros y ¡la mitad de bajada! (yeahh). Ya sabéis, brisa en la cara, camisa al viento, trazadas perfectas… Cómo mola bajar un puerto con la bici. Es justo ahí, en lo más profundo del valle, cuando te das cuenta de otra máxima: a 36°C es mucho mejor bajar un puerto que subir el siguiente. Y entonces, subiendo, sudando y sufriendo, decides improvisar: un pilón de agua en el arcén, una pista “plana”, está claro, nos paramos aquí a dormir. Y además, según Dani, estabamos “SUPERCERCA” del final del puerto. Nada más que hablar, cuscús con verduras para cenar, más chile y un poquito de wiski para dormir bajo la pared principal del Torozo y la Albujea con la luna llena.

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Camisas de flores, velocidad y viento en la cara son síntomas claros de casi 3 meses de confinamiento.
Camisas de flores, velocidad y viento en la cara. Una bendición después de casi tres meses de confinamiento.

Pedimos perdón a los vecinos de San Esteban Del Valle, pero hacia MUCHO calor y la piscina la tenían cerrada. #FuckCovid
Pedimos perdón a los vecinos de San Esteban Del Valle, pero hacia MUCHO calor y la piscina estaba cerrada. #FuckCovid

Higiene. Lo más importante eso un viaje de así es la higiene.
Higiene. Lo más importante en un viaje de estas características es la higiene.

Atún con chile habanero. Un desayuno con actitud.
Atún con chile habanero. Un desayuno con actitud.

Cuando desayunas así, sabes que tarde o temprano te va a dar problemas.
Cuando desayunas así, sabes que tarde o temprano van a aparecer los problemas.

Subiendo a la cumbre de Villarejo por la pista de atrás. "100% ciclable"
Subiendo a la cumbre de Villarejo por la pista de atrás. «100% ciclable»

IMPRESIONANTE. Menudo regalazo de noche.
IMPRESIONANTE. Menudo regalazo de noche.

 

Día 3 – lunes 6 de julio

Mirador cerca de La Lancha de la China – Merendero del Puente del Duque

Distancia (en bici): 27,4 km.
Desnivel positivo acumulado: 600 m.

Ese día nos levantamos a las 6.30 de la mañana por una circunstancia inesperada (y algo inquietante): el olor a aceite quemado que un Land Rover nos inyectó directamente en nuestras caras mientras dormíamos en medio del camino. Efectivamente, ese camino que por la noche parecía inhóspito y poco transitado era la entrada a una explotación maderera.

En calzoncillos, medio dormidos, intentando recoger un caos de cosas esparcidas por el camino (bicis, ropa, bolsas de comida…), la escena fue bastante ridícula. Este inesperado despertar además nos hizo comprender varias cosas: lo primero, que la petaca de wiski que nos bebimos la noche anterior no era tan pequeña como pensábamos; lo segundo, que, con prisas, mucho mejor alforjas que bikepacking, y, lo tercero (de esto nos dimos cuenta un poco más tarde), que el Puerto del Pico no estaba SUPERCERCA.

Una vez arriba, nos preparamos para escalar. Un proceso que, en este estilo, es algo más tedioso de lo habitual: rehacer mochilas, esconder bicicletas, etcétera. No sé si por envidia o por pena, pero todo el mundo quería o estaba dispuesto a ayudarnos. El gerente del restaurante del Puerto del Pico se ofreció a guardarnos las bicis mientras escalábamos aquella mañana. Hicimos todos juntos el Gran diedro al Torozo. Y casi todo a la sombra y todo salió bién. Y así, como el que no quiere la cosa, mientras recogíamos las bicis del restaurante, nos bebimos una cerveza (¿o quizás fueron tres?) antes de salir hacia la Plataforma de Gredos.

No llegamos… Justo antes de empezar el puerto, a la altura del Puente de Duque, nos topamos con un chiringuito de verano al borde del río Tormes. Un sitio con fuente, mesas, barbacoas ¡Y limpio! IMPOSIBLE NO PARAR. También hay cámping, por si prefieres la comodidad de una ducha caliente, y un par de restaurantes donde tomar algo y cenar.

Nota: nos recomendaron una pista vecinal que lleva al Puente del Duque. Nosotros la tomamos en Navalmoral, pero el mapa indica que se puede coger desde San Martín del Pimpollar. Sería interesante investigarlo (para comer menos carretera).

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Liturgia mañanera.
Liturgia mañanera.

Más liturgia. ¡Que bien sienta comer en el suelo!
Más liturgia. ¡Qué bien sienta comer en el suelo!

En fin, este viaje es mucho mejor hacerlo en septiembre que en julio.
En fin, este viaje es mucho mejor hacerlo en septiembre que en julio.

Juan, Txelu y Dani en el Gran Diedro del Torozo.
Txelu y Juan en el Gran Diedro del Torozo.

Tercer día de viaje y segunda cumbre (Torozo). Todo estaba saliendo bien.
Tercer día de viaje y segunda cumbre (Torozo). Todo estaba saliendo bien.

 

Día 4 – martes 7 de julio… ¡San Fermín!

Merendero del Puente del Duque – Plataforma de Gredos – Merendero del Puente del Duque

Distancia (en bici): 20,5 km.
Desnivel positivo acumulado: 600 m.

Este día empezó durante la noche. Si juntas mucho calor + litros de sudor + litros de agua de pilón + chile habanero lo lógico es que ocasione ciertas incertidumbres interiores en tu flora intestinal. Todo el mundo sabe que las incertidumbres interiores terminan (de una manera u otra) en el exterior. Lo que está claro es que después de una noche de máxima incertidumbre ni te encuentras fuerte ni te encuentras “seco” y de ahí sacaron el nombre de Fortasec. Pero mejor cambiemos de tema.

El plan era (después de subir hasta la Plataforma) visitar el Pico del Fraile, frente al Morezón. Nos habían hablado maravillas de él. Incluso hay locals que aseguran que allí se encuentra el mejor diedro de la península. Nosotros no nos vamos a pronunciar sobre este tema, pero nos esforzamos mucho en fotografiarlo, para que lo valores tú mismo. Lo que sí te puede quedar claro es que vas a necesitar mucha actitud y una buena técnica de pies para encadenarlo. Tampoco te olvides de un buen juego de fisureros pequeños para no pasar miedo (nosotros pasamos miedo incluso con ellos).

Volvimos hasta el lugar de pernocta del día anterior para avanzar en el camino al siguiente destino.

Nota 1: el Fortasec es un medicamento muy útil para una aventura de estas y puede salvarte el viaje.
Nota 2: en la Plataforma de Gredos NO hay una fuente de agua fiable. Recuerda llevar algo para potabilizar o agua suficiente desde el Puente del Duque.

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Collado entre el Morezón y el Risco del Fraile.
Collado entre el Morezón y el Risco del Fraile.

Preparando el material bajo el risco del Fraile.
Preparando el material bajo el risco del Fraile.

Atardecer inmejorable con la satisfacción que te deja el deber cumplido.
Atardecer inmejorable con la satisfacción que te deja el deber cumplido.

La mejor vía para calentar del Fraile. Muy, muy bonita.
La mejor vía para calentar del Fraile. Muy, muy bonita.

Si, vamos con los seguros puestos. ¿Que pasa?
Sí, vamos con los seguros puestos. ¿Qué pasa?

El diedro GAPE merece la pena hacerlo, aunque solo sea para hacerte la foto.
Merece la pena subir por el diedro GAPE, aunque solo sea para hacerte la foto.

Dani en el contrafuerte inferior del Fraile.

Hay muchos primeros largos increíbles en este lugar y mucho más asequibles de lo que parecen.

¡Boom! Iago encadenando el largo.

Sobreviviendo de la lluvia mañanera bajo la terraza del restaurante del puente del Duque.

¿Quién se ha tirado toda la noche en el baño con muchas incertidumbres? YO

Higiene, higiene, higiene. En tiempos de COVID, lo más importante es la higiene.

 

Día 5 – miércoles 8 de julio

Merendero del Puente del Duque – Nogal del Barranco (Guisando)

Distancia (en bici): 57,5 km.
Desnivel positivo acumulado: 1.100 m.

Día de mucha bici, más calor y nada de escalada. Era la etapa que más miedo nos daba (somos poco escaladores, pero nada ciclistas). Además, acuérdate de que aparte de a nosotros, en las bicis llevamos víveres, mudas, material de pernocta y cámping y artilugios de escalada (que no es precisamente ligero), además de una cámara de fotos grande, dos compactas, dos objetivos y un drone… Sí, un drone. ¿Qué pasa?

Llegados a este punto, las patas ya estaban calientes y no fue para tanto. Lo malo, que quedaban las fuerzas justitas y las últimas cuestas hasta llegar a La Cabra… ¡agüita! Además, no contábamos con los “puertos intermedios”. No son nada de otro mundo, pero hacen pupa si los acometes a pleno sol.

El Nogal del Barranco es un lugar de 10. Pilón y agua fresssssssca, refugio abierto para dormir (cuídalo que es de todos) y quiosco para darse un gustazo (si está abierto).

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Teníamos que comprobarlo. Un paisano del puente del Duque nos dijo que detrás de su chiringuito estaba la mejor poza del río Tormes. Y sí, era verdad.

Carreteras sin pintar, vacas, ranchos y vallas de madera. Purito oeste americano.

Al contrario que en la escalada. Bajar es siempre mucho mejor que subir.

Desayuno en el Puente del Duque, apalanque cinco estrellas.

Campamento en el Puente del Duque.

Pero cómo no vas a parar a tomar un café con estas pintas y lleno de mierda si pasas por la puerta de un parador…

 

Día 6 – jueves 9 de julio

Nogal del Barranco (Guisando) – Galayos – Nogal del Barranco (Guisando)

Distancia (en bici): 0.
Desnivel positivo acumulado: en bici, nada; andando, mucho.

Sin duda, el mejor día. Si conoces el torreón de Galayos, ya sabes por qué. El Torreón es un sitio MUY ESPECIAL y por eso lo elegimos cómo último día de escalada. Hay que subir al Torreón al menos una vez en la vida. Si haces este viaje únicamente cómo ciclista, hazte un favor y sube hasta el refugio Victory, tómate una cerveza fresquita y echa un rato mirando las agujas que tienes enfrente.

Ese día escalamos el Torreón por dos vías: unos por la Teógenes y otros por la Sur. Pasamos el día entre calcetinadas, disfrute del granito y satisfacción del deber cumplido. Sin duda, “un gran día”.

Esto es lo que pasa cuando subes al Torreón por primera vez en tu vida. Txelu Balboa llevaba 25 años sin escalar.

Tostada country primer grado.

Rápel en el Torreón.
Rápel en el Torreón.

Iago en la Sur del Torreón.
Iago en la Sur del Torreón.

Tostada country con quemaduras de tercer grado.

Gracias, Abel, del restaurante de la Cabra en Guisando, por acogernos en tu terraza, guardarnos las bicis y darnos de comer.

 

Día 7 – viernes 10 de julio

(Nogal del Barranco) – Puente del Duque – Navalacruz

Distancia (en bici): 35,8 km (+ 20 km de la excursión).
Desnivel positivo acumulado: 600 m (+ 400 m de la excursión).

En algún momento teníamos que volver a Ávila, aunque aquí los planes se dividieron. Hubo quienes eligieron seguir escalando en Galayos y quienes se decidieron por completar el bucle cicloturista hasta Ávila. No obstante todo el equipo disfrutamos de un paseo a pedales por los alrededores del Puente del Duque (al que nos acercamos en furgo). La etapa ciclista llegó hasta Navalacruz, donde aprovisionamos agua para dormir –pasado el pueblo– en un pequeño promontorio que nos costó un poco encontrar pero que resultó ser un verdadero lujo.

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Después de unos vinos, los planes para el día siguiente siempre se vienen muy arriba.

Siesta time.

Txelu dejando claro que es vasco.

Alta cocina.

¡Cero emisiones!

Bajando a toda pastilla de la Plataforma de Gredos después de escalar en el Risco del Fraile.

 

Día 8 – sábado 11 de julio

Navalacruz – Ávila

Distancia (en bici): 74,2 km.
Desnivel positivo acumulado: 1.100 m.

Este día el grupo que se decantó por la bicicleta y por volver al punto de partida se zampó la etapa más larga y dura por un paisaje que había cambiado, con interminables tramos rectos de carretera y en el que los pilones pasan a ser escasos y escurridizos. De nuevo, sufren las horas duras de calor, la falta de brisa y las cuestas (especialmente las de San Bartolomé de Pinares).

Los escaladores nos hicimos la Sulayr de la Peña del Águila, otra vía obligada dentro del Galayar, pero saliendo por la Gaspar Muñoz, que raspa menos que el offwidth y da mucho menos miedo.

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Último largo de la Gaspar Muñoz

Aquí mismo. Hoy no pienso dar ni un pedal más.

 

Te lo dijimos al principio: este no es el viaje de encadenar nada, ni batir tiempos. Tampoco te van a dar el Piolet de Oro, pero te aseguramos que no te va a dejar indiferente y, por supuesto, vas a tener la sensación de haber acortado algo de distancia al tiempo que el confinamiento nos arrebató a todos.

2 COMENTARIOS

  1. Sois la leche. Menos mal que uno ya es viejo….digoooo experimentado, y no se deja engañar por las locuras de estos tipos. Dicho esto, y tal como indicó Pablo Neruda: «Hay un cierto placer en la locura, que solo el loco conoce». ¡Bravo por vosotros!

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