Te ha pasado mil veces: terminas de escalar cansado y cuando haces la mochila para volver a casa ya no te entra ni la mitad de las cosas. ¿Qué dejo fuera? La cuerda es uno de los objetos más recurrentes en estos casos y, además, no pareces ridículo como cuando llevas los pies de gato colgando. Pero, ojo, hay que hacerlo bien para que esta no se enganche. Hoy, el Dr. Márquez te cuenta unos cuantos trucos.
Hay unos cuantos motivos para transportar la cuerda fuera de la mochila. Porque prefieres llevar una mochila más pequeña y manejable, porque vas a necesitar la cuerda en el descenso y prefieres tenerla a mano y no deshacer la mochila o simplemente porque cuando estás cansado al final del día ya no eres capaz de ordenar la mochila para que entre todo al milímetro.
Hoy el Dr. Márquez nos cuenta cuenta cómo enrollar la cuerda y cómo transportarla después para que no te dé tormento al engancharse con jaras, ramas o los bastones de un trail runner que pasaba en sentido contrario.
Presta mucha atención: es tan importante el enrollado como su colocación en el cuerpo.
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