Es fisioterapeuta, graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, investigador, escalador (cuando le roba unas cuantas horas al sueño) y trabaja en Eskura, su clínica. Secuestramos e interrogamos a Xeber Iruretagoiena porque sabemos que es una de las personas que más sabe sobre la rotura de polea, esa maldición que, tarde o temprano, acaba cayendo sobre casi todos los escaladores.

 

Xeber, explícanos qué te ha traído a Sputnik.
He venido a dar una formación a los alumnos del TD3 de Escalada. Básicamente explico las lesiones más habituales en la escalada, también algunas pautas básicas, pero muy prácticas, de cómo actuar ante esos casos y cómo acompañar en la recuperación y programar la carga. Creo que es fundamental que un técnico superior de Escalada adquiera estos conocimientos porque puede aportar mucho durante todo el proceso de la lesión.

Te pasas la vida investigando cosas sobre la temida rotura de polea. ¿Por qué esa lesión y no otra?
Gracias a mi experiencia profesional y como escalador detecté que las roturas de polea en la escalada son muy habituales y que no existía una lesión tan frecuente en ningún otro deporte. Entonces empecé a buscar información y me encontré con que había muy poca literatura científica sobre esto en comparación con otras lesiones.

¿Tú has sufrido la rotura de polea?
Sí, y después de empezar a investigar. En los dos últimos años he tenido muchas lesiones, entre ellas una rotura parcial de polea y otra completa. Parece una broma, pero aprendes un montón.

Xeber durante su clase al TD3 de Escalada en Sputnik Formación.
Xeber durante su clase al TD3 de Escalada en Sputnik Formación.

 

Eres fisioterapeuta. Me llama la atención que tu especialización sea el diagnóstico?
Para comenzar un tratamiento, hace falta saber con exactitud el tipo de lesión; cuanto más específica y amplia sea esta valoración, mayor calidad del tratamiento. Empecé a hacer una revisión sistemática de toda la literatura del diagnóstico ecográfico (la ecografía esta considerada como la prueba diagnóstica de referencia en roturas de polea) y después empecé a intentar aportar y ampliar esos conocimientos con nuestras investigaciones.

¿Qué fiabilidad tiene un ecógrafo a la hora de determinar el alcance de una rotura de polea?
Tradicionalmente estos diagnósticos se hacían por resonancia magnética y desde hace unos veinte años hay estudios que defienden que la ecografía cuenta con una sensibilidad del 98 por ciento y una especificidad del 100 por cien respecto a la resonancia magnética. En definitiva, es una herramienta muy fiable y tiene ventajas con respecto a la resonancia, como el coste económico, la inmediatez, te permite hacer maniobras dinámicas (esto es muy importante)… Para mí se ha convertido en una herramienta indispensable en el día a día.

Durante el arqueo el tendón flexor intenta separarse de la falange, las poleas en condiciones sanas lo impiden pero cuando la carga es demasiado elevada el tejido puede llegar a romperse.

En tu clínica, Eskura [Beasain, Guipúzcoa] desarrolláis lo que se define como “trabajo multidisciplinar”, ¿qué es esto exactamente?
Se trata de un trabajo en equipo de diferentes disciplinas que considero clave para ofrecer un mejor servicio y ayudar a comprender y reducir el dolor de los pacientes lo mejor posible. Por un lado, contamos con un traumatólogo, el doctor De la Fuente, con amplia experiencia como ecografista y como cirujano, nos ayuda en el diagnóstico, y se encarga de las infiltraciones e incluso cirugías cuando el caso lo requiere. Le conocimos en un congreso de ecografía musculoesquelética que organiza él mismo anualmente en Donostia, después me ayudó muchísimo en mi tesis sobre poleas y ahora tenemos la gran suerte de que pasa consulta en nuestra clínica. Por otro, estamos los fisios organizados en tres especialidades: miembro superior, espalda y miembro inferior. Finalmente, contamos con un cuarto fisio que trabaja en la readaptación; esta figura se encarga de realizar una valoración funcional y prescribe ejercicios terapéuticos.

Ya nos has dicho que la lesión de polea es a lesión más habitual de los escaladores, pero ¿de todas las disciplinas?
Sí: sobre todo en boulder, pero también en deportiva, tapia…, incluso sospecho que también en velocidad.

¿Y por qué ocurre esto?
Porque nuestro deporte es muy particular y se usa un agarre muy concreto, el famoso “arqueo”. En este tipo de agarre el tendón flexor intenta separarse de la falange, las poleas en condiciones sanas lo impiden pero cuando la carga es demasiado elevada el tejido puede llegar a romperse.

Es muy importante saber que los tejidos de los dedos (tendones, poleas, etcétera) necesitan un tiempo de adaptación por mucho que se tenga mucha fuerza.

¿Eres capaz de darnos claves para entender qué produce la rotura de polea?
Vamos a intentarlo. Existen diferentes factores que hacen que el riesgo de rotura sea elevado. Lo más habitual es no calentar lo suficiente o escalar con fatiga acumulada. La distribución de la carga también es muy importante, empezar directamente a arquear tras un parón en vez de retomar progresivamente es otra causa habitual. Para los que empiezan ahora a escalar, es muy importante que se informen de que los tejidos de los dedos (tendones, poleas, etcétera) necesitan un tiempo de adaptación por mucho que el o la escaladora tenga mucha fuerza.

Xeber Iruretagoiena.
Xeber Iruretagoiena.

 

¿Hay muchos falsos mitos sobre las lesiones deportivas?
Yo diría que sí.

¿Por ejemplo?
Pues que si hay hematoma es que hay rotura, y no siempre es así. Otro es que cuanto más grande es la rotura, peor; y eso no siempre es así tampoco, porque lo realmente importante es la ubicación anatómica, cuáles son los tejidos afectados; es decir, yo prefiero una rotura de cuatro centímetros que sea puramente muscular que una rotura de un centímetro, o de un milímetro, pero miaponeurótica, que afecte a un tendón, una aponeurosis… 

¿El CRAC es un indicativo de rotura de polea, o también un mito?
Sí, en este normalmente caso sí. Un crac arqueando es un indicativo de que la polea no ha tolerado la carga a la que estaba sometida y se ha producido una rotura. Aunque a veces esos chasquidos pueden ser articulares, no de polea.

Me acabo de hacer daño, ¿y ahora qué?
Lo primero, tranquilidad, dos o tres días de descanso para respetar la fase inflamatoria y dirigirnos al especialista (médico o fisioterapeuta que trate estas patologías…), recibir un buen diagnóstico o valoración y empezar lo antes posible con el tratamiento respectivo.

Yo prefiero no entrar en el debate; le suelo decir al paciente: “Si te alivia el dolor, ponte hielo”. No creo que sea un factor tan importante en el resultado final.

¿Hielo?
El eterno tema de debate, la crioterapia, ¿me pongo hielo o no?, ¿contrastes?, ¿frío o calor?, ¿cuándo frío?, ¿cuándo calor?, ¿cuanto?… Llevamos años discutiendo sobre esto. Yo diría que usar hielo de inmediato, en una primera fase inflamatoria, puede ser muy útil y, además, mitiga el dolor. Pero hay que tener en cuenta a quienes no lo defienden porque se está modificando el proceso fisiológico del cuerpo humano de reparar el tejido. Yo prefiero no entrar en el debate; le suelo decir al paciente: “Si te alivia el dolor, ponte hielo”. No creo que sea un factor tan importante en el resultado final, lo que sí que es importante es que el paciente esté convencido de lo que hace.

¿Y cuáles serían las pautas generales para recuperar una rotura de polea?
Depende del tipo de rotura. En caso de padecer una rotura parcial de polea que es el caso más habitual, el mensaje principal es seguir activos; es decir, seguir escalando debajo del umbral del dolor evitando el agarre en arqueo. Esto es mucho mejor que el reposo tradicional. En cuanto a los ejercicios de readaptación, solemos realizar una progresión de extensión a arqueo, de isométricos suaves hasta terminar con excéntricos de alta carga.

¿Va bien el esparadrapo?
Es otro tema de debate. Yo creo que es una herramienta muy útil. Yo lo recomiendo y enseño cómo vendarse. Pero, como en todo, hay que encontrar un equilibrio: si nos acostumbramos a escalar siempre con ese vendaje, porque nos da seguridad (psicológica y mecánica), el dedo acaba debilitándose. La clave está en saber cómo vendarte, cuándo y durante cuánto tiempo.

Después de una rotura, ¿podemos recuperar al 100 por cien?
Buena pregunta… [risas]. Estamos viendo resultados muy buenos tanto con la cirugía como con otros tipos de tratamiento conservador (hay opciones muy interesantes como el del anillo termoplástico, una especie de férula que junta el tendón contra el hueso y favorece la cicatrización). Pero ¿hasta qué punto histológicamente esa polea vuelve a ser la de antes?… Yo creo que aún no hay una respuesta definitiva.

¿Las roturas totales suelen acabar en cirugía?
La experiencia de doctores que llevan años operando poleas, como Víctor Galán, es que cuando es una rotura completa de la polea A2 hay una tendencia a operar (también es verdad que yo he tratado una lesión como esta y el resultado fue bueno sin intervención quirúrgica). La A4, aunque esté rota completamente, lo normal es no operar, aunque hay casos que pasaron por el quirófano y fueron muy bien. 

¿En qué consiste una operación de una rotura total?
Normalmente, como la polea ya está rota, es muy difícil fijarla de nuevo y que sea competente. Lo que se hace es coger un tendón de la muñeca y con él se fabrica una especie de polea artificial, dándole toda la vuelta al dedo.

Gran parte del tratamiento de la polea consiste en llevar un control ecografíco y de déficit de fuerza y organizar la distribución de la carga terapéutica (ejercicios con gomas, suspensiones, etcétera). La labor del fisioterapeuta no se puede limitar a la camilla; hay que trabajar en otros terrenos.

¿Qué tratamientos aplicas tú?
Es curioso que gran parte del tratamiento lo aplica el propio escalador mediante los ejercicios. Para eso es importante explicar al paciente lo mejor posible cómo se produce y cuál es la lesión, saber qué evitar para no agravar y finalmente enseñar ejercicios para mejorar el dolor. Respecto al tratamiento en camilla, es muy importante no limitarnos al dedo, sino valorar con una visión más global, empezando por la cervical porque nacen de ahí los nervios principales que inervan el miembro superior y seguir con toda la cadena hasta terminar en el dedo. A nivel local, utilizamos mucho la máquina Indiba; se trata de diatermia, calor focal, que favorece la circulación, mejora la calidad de los tejidos y acelera los plazos. También utilizamos técnicas invasivas como la neuromodulación o la EPI [Electrólisis Percutánea Intratisular]. Pero no nos tenemos que olvidar de la terapia manual, que sigue siendo muy importante. 

De todas formas, gran parte del tratamiento de la polea consiste en llevar un control ecografíco y de déficit de fuerza y organizar la distribución de la carga terapéutica (ejercicios con gomas, suspensiones, etcétera). La labor del fisioterapeuta no se puede limitar a la camilla; hay que trabajar en otros terrenos.

Aparte de la rotura de polea, ¿qué otras lesiones de dedos son habituales en los escaladores?
Por ejemplo, esguince de ligamento colateral, capsulitis, tendosinovitis, tendinopatías, afectación del complejo extensor, placa volar, lumbricales… Pero, repito, con muchísima diferencia, lo más habitual es la lesión de polea, aunque no llegue a ser rotura.

Según tu experiencia, ¿la edad es un factor determinante?
No especialmente. Hemos visto que en adolescentes, por debajo de 14 años hay otras lesiones más frecuentes (generalmente por la falta de adaptación del tejido), pero a partir de los 17/18 comienzan a aumentar. Hay un estudio reciente que determina que en gente que lleva 20, 25, 30 años escalado la rotura de polea es la lesión principal.

Xeber Iruretagoiena.
Xeber Iruretagoiena.

 

El dedo del escalador experimentado sufre una serie de adaptaciones morfológicas (…). La pregunta es: ¿esos cambios estructurales son consecuencia de una adaptación o son consecuencia de lesiones o patologías subclínicas?

¿Y cómo se han comportado los dedos de estos escaladores que llevan muchos años escalando fuerte?
El dedo del escalador experimentado sufre una serie de adaptaciones morfológicas: hay un engrosamiento de la polea, del tendón, de la placa volar… de un montón de tejidos. La pregunta es: ¿esos cambios estructurales son consecuencia de una adaptación o son consecuencia de lesiones o patologías subclínicas no diagnosticadas en su día y no tratadas? Justo ahora estamos haciendo un estudio con escaladores veteranos que llevan más de 20 años consecutivos escalando por encima de 8a. No quiero anticiparme a los resultados, pero puedo adelantar que hay gente que se rompió la polea hace mucho y sigue escalando en la actualidad. La capacidad del cuerpo humano de recuperar es espectacular.

En el otro extremo estarían gente muy joven haciendo vías durísimas.
Pues también hay adaptaciones. Existe un artículo muy interesante que habla de esto. Una de las lesiones habituales en estas edades es la fractura de la epífisis (una pequeña fractura que se sufre en la cabeza de la falange medial) que muchas veces pasa desapercibida y no se diagnostica. También en los adolescentes nos encontramos con cambios morfológicos (como la artritis, por ejemplo) que forma parte de este proceso adaptativo.

[Interviene Ekhiotz Alsasua, responsable del Entrenamiento Online y también profesor del TD3]
Acabas de publicar dos artículos, ¿cómo es el mundo de las publicaciones científicas y de la investigación en general? ¿Es un trabajo bien remunerado?
Sí, el primero es una revisión sistemática de diagnóstico ecográfico de roturas de poleas en una revista donde se publican muchos artículos sobre lesiones de escalada que se llama Wilderness & Environmental Medicine, y otra sobre la correlación entre la ecografía y el déficit de fuerza en roturas de poleas en la revista Diagnostics. La investigación es un mundo apasionante, muy sacrificado pero gratificante, te mantiene motivado y permite un mayor conocimiento de esta lesión que se aplica en el día a día. Además, he tenido la suerte de contar con un equipo de grandes profesionales (Marc Blasi, Javier De la Fuente, Fernando Dávila, Elena Sonsoles Rodríguez) a quienes estoy muy agradecido. En cuanto a la remuneración, no se cobra por ninguno de ellos. En mi caso investigar me supone gastos y en algunos casos se paga por publicar. Espero que ahora que la escalada es un deporte olímpico lleguen más ayudas para poder investigar.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí