Jorge Díaz-Rullo, del Equipo Sputnik, acaba de aterrizar en Noruega. No tiene billete de vuelta. Y, claro, se ha ido directo a la salvaje cueva de Flatanger, donde se encuentran algunas de las líneas más duras de la Tierra y, entre ellas, dos de los 9c propuestos hasta la fecha. Mientras ultimaba el equipaje lo secuestramos un rato para que nos adelantara objetivos. Hemos ido al grano...
Jorge, venga, ¿a cuál de los 9c vas de cabeza?
[Risas] No tengo nada planeado. Mi plan es probar todo y dejarme llevar hacia lo que más me guste y me motive. No sé cómo se me va a dar y le tengo respeto a todas las vías duras de allí; no quiero llegar con una idea y luego que me dé la colleja. Voy sin viaje de vuelta así que tengo tiempo para pensar y decidir qué hacer.
Cuando buscas un objetivo, ¿qué te hace inclinarte por una vía o por otra?
Para mí lo más importante es buscar algo que me exija en todos los sentidos, que me haga sacar mi mejor versión para conseguirlo, que me motive de verdad. También me tiene que gustar la línea, los movimientos y el lugar, pero lo más importante es escuchar en mi interior qué es lo que siento por una vía, esa es la clave porque un proyecto puede durar años.
DNA, el tercer 9c, está en Verdón, es caliza, más tu estilo. ¿No te planteaste ir mejor a Francia que a Noruega?
Si, también quiero ir, pero la verdad es que no doy abasto, me pongo nervioso solo pensando en todas las vías chulas que me motivan y que quiero intentar. Creo que Flatanger que es la mejor decisión para este verano, hay buena temperatura y, por suerte, nos hemos juntado un buen grupo para compartir el viaje; esto también es muy importante para mí.
Bibliographie y Mejorando la samfaina, tu dos 9b+, y a eso hay que sumar que has hecho 90 vías de noveno grado, entre ellas siete de 9b, y 8C+ de bloque. ¿Cuánto cuesta avanzar un signo?
Siempre he dicho que la graduación en la escalada es como un videojuego, cada vez es más difícil avanzar. Al principio, en cuestión de días eres capaz de ir subiendo tu nivel pero esto va cambiando según vas mejorando, cada vez requiere más entrenamiento mejorar pequeños detalles y es por eso que avanzar más allá del noveno grado puede llevar años. En mi caso, con 20 años escalé mi primer 9b y luego, fueron cinco años para pasar al 9b+.
¿Has hecho algún entrenamiento específico para Silence o BIG, los dos 9c de Flatanger?
Junto a mis entrenadores, Pedro Bergua y Ekhi Alsasua, hemos planificado un par de meses de entrenamiento más específico para Flatanger, he entrenado un poco más para ese tipo de agarres en concreto, que al final es algo muy diferente a lo que vengo escalando estas últimas temporadas por España. Pero nada específico para las dos rutas.
¿Pudiste hablar con Adam Ondra y Jakob Schubert sobre los 9c?
Tengo mucha información de las vías, no solo de los escaladores que la han probado sino de los vídeos que no he parado de ver estas últimas semanas. Silence se ve muy dura pero también muy rara, sin embargo creo que BIG puede tratarse de una vía más de mi estilo…
Hace 33 años se escaló el primer noveno. ¿Cuánto crees que falta para que alguien lance un 10a?
Creo que actualmente no hay nadie que pueda escalar un 10a. El nivel físico de algunos atletas es estratosférico y esto es por pura genética (además de mucho entrenamiento). No sé si aparecerán deportistas mucho más fuertes de los que hay ahora, ni si seremos capaces de avanzar mucho más en la graduación. Creo que veremos 9c+ en algún estilo específico, tal vez en una línea larga de mucha resistencia donde la dificultad sea por el global de muchos movimientos, pero en bloque de pocos movimientos o en vías relativamente cortas creo que va a ser muy difícil ver un 10a. Pero qué emoción, ¡ojalá ocurra!
Parece que los escaladores de competición van por un camino y los de roca por otro. En cambio, vemos en las finales de las compes internacionales a algunos maestros de la roca, incluso tú has ido a alguna prueba este año. ¿Te veremos en alguna competición en el futuro?
Siempre he pensado que los que tenían muy buenos resultados en ambas cosas eran realmente unos elegidos. El entrenamiento para cada disciplina es muy diferente y por supuesto, la parte mental también lo es. Yo competí hace tiempo, disfruté mucho, pero tengo claro que disfruto mucho más en la roca, poniéndome mis propios retos y buscando mis objetivos. Si vuelvo a competir algún día, será por un periodo corto y con la intención de disfrutar, la competición es muy exigente y no me veo dejando la roca de lado por mucho tiempo. Pero quién sabe, nunca digas nunca.
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