Manu Rubio, de Yo Soy Ratón, nos cuenta algunas cosas sobre su proyecto antes de su concierto en Sputnik Las Rozas. Once años de música y reivindicación infantil condensados en tres discos, cientos de actuaciones en distintos formatos y algunos hits incontestables.
Yo Soy Ratón… Manu, ¿y este nombre?
Ya que nuestro estilo musical se puede calificar como “canción protesta infantil”, pensé que muchos padres y madres podrían sentirse incómodos con algunas de las letras. Ningún adulto quisiera ver a un ratón en su cocina, comiéndose tu queso. Sin embargo, para los niños y niñas, un ratón es un animal entrañable. Ahí lo tienes…
¿Cuál es tu formación musical? ¿A qué te dedicas? ¿Vives de la música?
Nunca estudié solfeo, y aunque he intentado en vano aprenderme los nombres de los acordes, ¡no hay manera! Me compré mi primera guitarra a los 16 años y he sido autodidacta, formando parte de muchos grupos como percusionista, cantante o corista desde los 18. Trabajé siete años como acompañante en una escuela de 0-3 y actualmente Yo Soy Ratón tiene toda mi dedicación. Me considero muy afortunado.
Cuéntanos cómo, dónde, quiénes, por qué… del origen de Yo Soy Ratón.
En 2011 comencé a trabajar en la escuela Infantil Reggio y a la vez me formaba como psicomotricista. ¡Me explotó la cabeza!, aprendí tantas cosas importantes sobre la infancia que, sencillamente, empecé a ponerle música a toda esa información.
Y ahora tú, ¿qué pensarás? / Si cuanto más me oprimían / Más amé la libertad / Y es a ti a quien canto hoy / Enseña a tu hijo, enseña a tu hijo / A amar la libertad. Esta estrofa de Días de escuela de Asfalto ha inspirado el nombre de vuestro nuevo disco. Y precisamente Paul Castejón, el otro 50% de Yo Soy Ratón, toca desde hace 10 años en Asfalto. ¿Qué más hay de Asfalto en Yo Soy Ratón?
Paul es el productor musical de los tres discos de Yo Soy Ratón y el director musical en los conciertos. Sin él, Yo Soy Ratón sería… otra cosa, tal cual. Paul es la razón de que sonemos como sonamos, y, como dices, es integrante y coproductor de Asfalto, la banda de rock español más longeva, con cincuenta años de historia. Para mí Días de escuela es la primera “canción protesta infantil”, ya que data de 1978. Como ves, tengo muchas razones para homenajear a Asfalto.
Háblanos de vuestra discografía, ¿qué cambios hay en vuestros tres discos?
Hay diferencias, aunque la intención es la misma: poner a los niños y niñas en el centro. El primer disco, “Canción protesta” es de 2015, y aunque ya era acompañante en 0-3, aún no era padre y, visto con perspectiva, yo diría que se nota en las letras. “No soy un muñeco”, de 2018, es nuestro segundo disco y, aunque quizás sea más cañero que el primero, el haber probado la paternidad en primera persona lo hace más comprensivo hacia los padres y madres, con canciones como Ahora que duermes. En enero del 2022 lanzamos “Amar la Libertad”, donde la implicación humana es enorme: 10 músicos y un coro de 15 adolescentes en todas las canciones. Musicalmente es más maduro, sacando la protesta del núcleo familiar para dirigirla a la sociedad. Los niños y niñas que me escuchaban siendo bebés ya miran hacia afuera, y nosotros crecemos con ellos/as.
Por cierto, ¿quién os diseña las portadas?
Siempre tuve claro que no quería una imagen estática, siempre la misma. Quería cambiar de imagen, por eso cada disco lo ilustra una persona diferente. El primero, “Canción protesta”, lo ilustró ElRubencio. El segundo, “No soy un Muñeco”, lo ilustró Anna Llenas, y el tercero, “Amar la Libertad”, lo ilustró María del Mac. No puedo estar más contento con el resultado. Para mí son una parte muy importante en Yo Soy Ratón y os recomiendo buscarlos en redes sociales, ¡vais a alucinar!
El panorama de la canción infantil tradicionalmente ha sido (y es, salvo excepciones) algo… catastrófico, por no decir alguna barbaridad. A Yo Soy Ratón se le agradece mucho el cuidado hacia la instrumentación, la composición y la producción. ¿Cómo es el proceso de creación de vuestros temas y discos?
Leeeeento. Como ves, cada disco tarda más en llegar. Y es que no tengo ninguna prisa, la idea de grabar un disco por año me da vértigo. Yo nunca fuerzo, compongo según vienen las ideas. Por ejemplo, la canción Caca la compuse en dos tardes, mientras otras ocupan un lugar en mi mente desde hace años, a falta de ese toque final, que… ¡ya llegará! Grabar un álbum supone mucho trabajo y hay mucha gente implicada. Yo quiero que las familias saboreen el resultado, lo necesito.
¿Qué otros músicos e instrumentos suelen acompañarte?
En este último trabajo hemos incluido como novedad un trío de cuerda: Lourdes Rosales a la viola, Ernesto Galván al violín y Blanca García al violonchelo. En paralelo tenemos a Carlos Expósito, el baterista más metalero que puedas imaginar; a Iván Mellén con las percusiones étnicas de nombres impronunciables; a Pablo Ruiz, un bajista de lo más groovy y contador de chistes oficial de la banda; a Itxiar Ibarra, una corista que realiza armonías imposibles; a una sección del Coro León Felipe, formado por 16 adolescentes y dirigido por Rafael Ituarte, y al multiinstrumentista Paul Castejón. En directo, el formato más impresionante es el noneto + coro, pero también realizo conciertos en solitario, trío, cuarteto, quinteto y septeto.
Las letras son otro sello de identidad del grupo. ¿Qué propósito hay detrás de vuestras canciones?
Esta es fácil. Nuestra intención es cambiar el mundo. ¿Te apuntas?
¿Qué música oyes en casa?
Actualmente, no mucha, la verdad. Pero te digo lo que he escuchado hoy mismo: Snarky Puppy y Rosalía.
Soy una niña trans, ¿hay una historia real detrás?
Hay muchas historias detrás de esta canción. Es un tema complejo que últimamente se tiende a politizar. En esta canción no hay política. Nuestra intención es la misma que la de todos nuestros temas, que si algún niño/a lo escucha y se siente identificado, sepa que no está loco/a, que es un tema del que se puede/debe hablar. Por otro lado, creo que el mayor acierto a la hora de educar a nuestros hijos e hijas para que aprendan a vivir en sociedad, es “educarles en la diferencia”. En la vida, lo diferente es la norma. Se trata de normalizar.
¿Y cómo llegas a Sputnik?
La escalada es una cuenta pendiente, pero la cafetería de Sputnik ha estado muy presente en los últimos años, ya que antes vivíamos en Las Tablas y solíamos ir a merendar a vuestro centro de Alcobendas. Ahora que vivimos en la sierra de Madrid, en un entorno muy montañero, me está picando el gusanillo de la escalada. Pronto me veréis por el centro de Las Rozas.
¿Alguna anécdota desagradable como grupo que reivindica cosas?
Recientemente la formación política VOX mostró su descontento con el hecho de que “un grupo con letras que adoctrinan y animan a nuestros pequeños a protesta” iba a tocar en los municipios de Algete y Paracuellos de Jarama. Realizaron quejas ante la concejalía de Cultura, publicaron post en sus redes sociales y hasta llegaron a buzonear su queja puerta a puerta. En mi opinión, esta denuncia solo muestra que sencillamente no han escuchado las canciones, solo algunas palabras clave: “protesta, niña trans, reivindicar, revolución infantil”, que sacan de contexto para recibir algo de atención. Pues vale, solo puedo decir, VOX, gracias por la promo gratis.
Y mañana, en el concierto de Sputnik, ¿qué nos espera?
Mañana estaré tocando en solitario, el formato más interactivo. Preparaos para cantar, bailar… o sencillamente para escuchar y sentir ¡VIVA LA DIFERENCIA! Habrá juegos, canciones y protesta… pero, de nuevo, una protesta amorosa, no política.
¿Caerá el gran hit de la caca, verdad?
Aprecio mi vida mucho, así que, por supuesto, habrá caca para todos.
