Nuestros caballos de acero están en el establo ansiosos por salir a galopar, pero ahí se van a quedar una temporada, no hay más remedio. Mientras, podemos pasar un rato dando un repaso a la bicicleta y ponerla a punto. Aquí va una lista de tareas básicas que podemos hacer con poca práctica y herramientas de andar por casa.
Además de que seguro nos va a venir bien para pasar un ratillo con nuestra compañera de batallas y quitar algunas telarañas, este repaso dejará la bici a punto para que, cuando suene el pistoletazo de salida, no perdamos ni un minuto en ponernos a pedalear como locos.
Herramienta
Es probable que no contemos en casa con todo el material ideal. Seguro que si eres asiduo a montar en bici, tendrás una lista mínima de herramienta como la que
Herramientas básicas:
- Llaves allen
- Llaves fijas (o una inglesa, aunque sea heredada)
- Destornilladores variados
- Bomba
- Kit de reparación de pinchazos
- Alguna cámara de repuesto
- Grasa para cadena
Otros materiales que pueden venir bien:
- Bridas
- Camisetas o sábanas viejas
- Amoniaco
- Alcohol de quemar
- Vaporizador
Puntos clave a revisar
Lo primero es hacer una evaluación (diagnóstico) de nuestra paciente y medir el desgaste de las piezas en general y luego de las que más sufren.
Habrá piezas que hayan superado su vida útil y es el momento de que pasen a mejor vida, algunas son transformables y otras desgraciadamente hay que tirarlas.
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Dirección
Colocamos la bici frente a una pared de manera que la rueda delantera toque con ella. Pulsamos el freno delantero y hacemos pequeños balanceos de adelante a atrás para comprobar si hay holgura. Si la hubiera, hay que aflojar los tornillos de la potencia y apretar la araña con mucho mimo para volver a apretar los tornillos de la potencia.
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Ruedas
Radios: comprobar si tienen la misma tensión. Esto lo haremos como si tocáramos el arpa. Cogemos dos que estén algo separados y los apretamos como si de unos alicates se tratara y hacemos lo mismo en todos. Si hay alguno más flojo hay que apretarlo, pero ojo porque podemos descentrar la rueda; tenemos que hacerlo a cuartos de vuelta. Hay tutoriales en internet a mansalva, echad un rato.
Bujes: comprobar que no hay movimientos extraños en los rodamientos. Desmontar la rueda, coger de las puntas de los cierres y mover en sentidos “antinaturales” para ver si hay holguras. Cundo desmontéis la rueda trasera, hacedlo con el piñón pequeño metido para que no os cueste sacarla y meterla.
Presión: que las ruedas no estén bajas de presión ni tengan demasiada, ninguna de las dos cosas cosas molan. Cuando las podamos sacar a la calle, ajustaremos la presión en función del terreno por el que vayamos a rodar. En las cubiertas suele poner en los flancos las presiones admitidas.
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Amortiguador trasero (en caso de tenerlo)
Comprobar que hace lo que tiene que hacer, apretamos hacia abajo del sillín y dejamos que la bici suba (ojo si tenemos sistemas de bloqueo manuales). Si todo va bien, mirar si la tornillería está ajustada y la barra del amortiguador seca, si así fuese podemos usar un aceite con teflón y luego pasar un trapo para que no queden restos, de ese modo el retén se hidrata un poquito y hay menos fricción. ¡Ah!: si tiene diales de ajuste, comprobar que funcionan.
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Horquilla de suspensión
Lo mismo que en el caso del amortiguador. Las suspensiones son delicadas si desconocemos su funcionamiento, así que casi siempre nuestro trabajo se limitará a la limpieza y a estar atentos. Conviene llevarla a revisiones periódicas en sitios que se dediquen a ello. Hay tiendas que solo se dedican a suspensiones y amortiguadores.
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Frenos
Comprobar que funcionan sería lo fácil y básico, pero ya estamos en un plan que no nos para nadie.
Frenos de disco hidráulicos: revisa que no haya fugas de líquido y que frenan. Si elevamos un pelín la rueda y le damos vueltas podemos ver si las pastillas rozan. Si fuese así solo hay que aflojar un par de vueltas los tornillos que anclan la pinza a la horquilla (con la bici elevada de la parte delantera), apretar la maneta y, sin soltar la maneta, volver a apretar los tornillos. Normalmente eso las centra.
Frenos de disco mecánicos: al ser de cable, solo mirar si frenan y, en función de la dureza que nos guste, ajustamos con el tornillo que coge el cable en la pinza o con el dial de la maneta. El tema de los roces de las pastillas funciona igual que en los hidráulicos.
Frenos con zapatas (los que tengamos, v-brake, pinza, etcétera): comprobar tensión de los cables y ver que el tacto está a nuestro gusto. Si no fuera el caso, podemos ajustarlos con el dial de la maneta, o apretando o soltando un pelín el cable que va a las pinzas de freno.
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Pedales
Solamente les daremos vueltas y comprobaremos que no crujen. Si lo hacen es que tenemos algún rodamiento roto o en muy mal estado.
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Pedalier
Comprobar si tiene holgura y poco más, porque esta parte de nuestras bicis suele necesitar de herramienta específica. El o la que lo tiene ya sabrá cómo ajustarlo y, en caso contrario, ya sabemos lo que nos toca: o comprar la llave y aprender a usarla o llevarla a nuestra tienda de barrio de confianza donde nos la traten con cariño.
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Cadena
La que lleva la fuerza de nuestros poderosos cuádriceps a la rueda trasera y sentir el fresco en la jeta. Pues si no está bien, no hay ni viento ni cuádriceps de acero ni nada. Así que mirad que no tenga demasiada holgura. Ya estamos otra vez con las holguras… Sí, amigos, es lo que a la larga castigará nuestras bicis. Pasad un trapo a la vez que dais pedales para limpiarla (si lo hacéis con un desengrasante, mejor; luego os comento una mezcla secreta por si no tenéis desengrasante específico). Después la secáis bien y la engrasáis con un aceite para cadenas (que sea biodegradable, por favor, que los hay, por suerte de casi todas las marcas).
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Cambio, desviador y mandos de cambio
Aquí viene lo interesante porque debemos elevar la bici de la parte trasera para poder accionar los pedales y los cambios y así ver su funcionamiento. Si tenemos compañía, perfecto. En caso contrario nos tocará ingeniar algo; por ejemplo, cogerla del sillín con alguna cuerda y fijarla a un punto elevado. No me voy a enredar con el ajuste porque da para otro artículo, pero sí que deberíamos probar a subir y bajar platos y piñones y, cuando terminemos, dejar el piñón pequeño y el plato pequeño para que los cambios y la cadena no estén en tensión constante y se desajusten.
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Sillín
Comprobar que está bien sujeto. Mirar el tornillo que sujeta los raíles y listo.
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Limpieza
Como ya hemos comprobado todo y seguramente hemos manchado la bici, ahora toca limpiarla. Coger un vaporizador y mezclar a partes iguales amoniaco, agua y alcohol de quemar. Si no tenemos alcohol, se puede sustituir por algún lavavajillas (poco, lo que se conoce en el argot de la cocina como “una pizquita”). Con algo de paciencia vaporizamos el cuadro, las llantas y demás, y dejamos que el producto reblandezca la suciedad. Después, con una camiseta vieja vamos limpiando y secando. Es interesante desmontar las partes de la bici que tengamos claro cómo hacerlo (ruedas, por ejemplo) y quitar toda la grasa seca. Lógicamente, luego hay que engrasar bien, cada parte con su grasa correspondiente.
Con un poquito de amor y paciencia vais a dejar vuestras monturas listas y relucientes. Seguro que muy pronto estamos sintiendo de nuevo el viento en la cara.