La emblemática zona de boulder de la Sierra de Gredos ha aparecido en venta en un portal inmobiliario. Le hemos pedido a Manu Ponce, amigo de Sputnik e incondicional del lugar, que nos explique bien la situación y los movimientos de algunos escaladores para defender el acceso libre y la titularidad pública de Hoya Moros.
Los rumores se hicieron realidad y, de pronto, debido a las prohibiciones, un día nos vimos sin poder ir más a los sectores de Península, Sol y Acantilados, en Albarracín. Hace unos meses, el BOE publicaba el Plan de Protección Medioambiental del Bosque de la Herrería: se prohibía el boulder en El Escorial… Seguro que todos conocemos muchos más ejemplos como estos en los que, después, te arrepientes de no haberte movilizado. Esta vez, en Hoya Moros, hemos decidimos actuar antes.
Para los que no lo conozcáis, Hoya Moros es un circo glaciar granítico situado en la Sierra de Candelario, a más de 2000 m de altitud. Atándote bien las botas en la plataforma del Travieso puedes tardar unas dos horas caminando hasta ver las primeras piedras. Dos horas pasando riachuelos, subiendo pedregales, cruzando piornales y coronando pampas de verde pasto que nos dan la bienvenida a nuestro “casa” de veraneo. Allí no hay móviles, ni bares, ni coches, ni nadie que te traiga la comida en moto… Simplemente tú, Hoya Moros y todo lo que hayas subido en tu mochila.
Además de cientos de especies endémicas como la Drosera rotundifolia o las larvas de tricópteros, en este circo glaciar encontraremos también a caminantes, escaladores, corredores o simplemente gente a la que le gusta la naturaleza. En los meses de calor, los que acostumbramos a subirnos por piedras de diferentes tamaños, colores y formas solemos refugiarnos allí.
Encuentro de tendencias
Las primeras vías de escalada en Hoya Moros datan de principios de los años 70. Algunas de las pioneras fueron La vía del diedro (170 m, V+) o la Placa de las águilas (185 m, IV+), inauguradas por algunos valientes de zonas cercanas que cogían sus hierros y cuerdas para intentar salir de la manera más elegante por alguna de las caras de Los Hermanitos. Eso de la valentía parece que se perdió y, con el cambio de siglo, comenzó a subir gente con colchonetas a las espaldas para trepar sin cuerda por las rocas más pequeñas de las orillas del río Cuerpo de Hombre. Tanto se puso de moda eso de las colchonetas que llegaron escaladores de todas las partes de España e incluso de países muy lejanos como Perú, Argentina, EE.UU., Japón…
En Hoya Moros se pueden hacer todo tipo de escaladas, pero el bloque –con más de 1000 líneas con dificultades de hasta 8C– es un referente mundial. Durante la temporada, desde junio hasta septiembre, dependiendo de la nieve, encontraremos a decenas de escaladores probando sus líneas más clásicas –Flautista de Cimata (7c), Aurora (8a) o La chapa verde (7a)…–. Como todas las zonas de boulder en el mundo, ha sufrido una evolución en los últimos años que ha derivado hacia la apertura de problemas altos, de hasta más de 10 m, como Ikara (8b+), La arista de la Oli (6c), La arista de la Pacheca (7c) o Sangrilá (7c+).
Un lugar de experiencias y desconexión
Hoya Moros es un sitio especial en el que muchos nos hemos conocido, hace ya casi 20 años, y nos seguimos viendo temporada tras temporada. Un lugar de encuentro, de experiencias en la montaña y, sobre todo, de desconexión. Un sitio que nos ha acogido en mejores y peores momentos y del que siempre hemos hablado maravillas. Todos los asiduos pensamos que esta zona debe ser cuidada de una manera diferente. En 2013, cuando vimos que cada vez se estaba haciendo más popular, los escaladores de la zona decidimos poner unas “reglas” para que el lugar continuara intacto. Se limitaron las áreas de vivac, se controló el aparcamiento de subida e insistimos en lo obvio: no hacer fuego, no acampar, no dejar desechos…
Esta regulación informal y, sobre todo, las dos horas de caminata, han evitado restricciones impuestas desde fuera. Las prohibiciones de acceso, escalada o tránsito podían haber tenido dos orígenes. El primero, el gobierno de turno (Hoya Moros pertenece a la Red Natura 2000). El segundo, los propietarios de la finca; aunque a algunos les resulte difícil de creer, este lugar, alejado, inhóspito y con tanto valor ecológico, es de propiedad privada. Por suerte, los dueños no han puesto nunca ningún impedimento para que disfrutáramos de Hoya Moros.
‘¡La Hoya se vende por 400.000 euros!’
Este status quo ha cambiado en los últimos meses cuando todo el terreno donde se encuentra Hoya Moros apareció en venta en un portal de internet. “¡La Hoya se vende por 400.000 euros!” es lo primero que dijo Cuco, escalador local y principal impulsor de la zona, cuando me llamó hace ya más de cuatro meses. Al principio no nos lo creíamos, hasta que el link del anuncio comenzó a circular de whatsapp en whatsapp. En ese momento decidimos montar un grupo donde exponer ideas sobre qué podíamos hacer. “Crowfunding para comprar la finca y autogestión” fue la más sonada, y tanto llegamos a creérnoslo que estudiamos qué figura legal había que crear para la compra y gestión posterior de la finca. Esta idea no era una invención nuestra ni mucho menos, solo un intento de copia barata de lo que los norteamericanos llevan haciendo desde hace años gracias a Access Fund , organización que se encarga de la defensa y conservación de zonas de escalada con la ayuda de marcas, escaladores, rocódromos… y, sobre todo, muchos socios que apoyan económicamente para que defiendan sus intereses. En España contamos con algo similar, Escalada Sostenible, aunque en diferente estado de madurez.
Lanzamos una campaña de firmas con el lema “Por un Hoya Moros público” y conseguimos más de 10.000 apoyos en menos de una semana. Mucha gente se involucró compartiendo la iniciativa, como algunas marcas –no todas– y escaladores famosos –no todos– que, sin dudarlo, apoyaron cualquier intento para que este lugar continuara “libre”. No solo buscábamos movilizar al colectivo de escaladores, también a todos los afectados: corredores, caminantes, la gente de los pueblos de alrededor…
Pegue tras pegue
Hace unas semanas solicitamos reuniones con las alcaldías de los municipios de la zona, Candelario y Béjar. Queríamos hacerles entender el desastre que supondría que la nueva propiedad restringiera el acceso a la zona.
La primera reunión fue hace unas semanas con el alcalde y dos concejalas de Candelario. Tres representantes del “movimiento” expusimos posibles opciones para la compra. Les transmitimos que ellos debían ser los principales protagonistas de la operación y nosotros solo una parte activa que ayudaría a diseñar conjuntamente un plan de acción para conseguir fondos. Después de más de dos horas de conversaciones nos dejaron claro que la compra del terreno no se encontraba entre las prioridades del consistorio. No habíamos ni salido del edificio y ya estábamos escribiendo a instancias superiores, porque si algo caracteriza a los escaladores es que no nos rendimos en el primer intento. Nos hemos propuesto conseguir que Hoya Moros sea público y lo seguiremos intentando como hacemos en nuestras escaladas: ¡pegue tras pegue!
Manu Ponce
Sierra de Bejar, y como mucho Sierra de Bejar y Candelario
La Sierra de Candelario es una parte de la Sierra de Bejar que, a su vez, es la parte occidental de la Sierra de Gredos y todo ello parte del Sistema Central. ¿No serás el famoso político? ?
Soy de Bejar, de echo me he criado prácticamente entre la sierra y demás bellos parajes de dicha localidad, y jamás he oído hablar de que la Sierra de Bejar este compuesta por una parte denominada Sierra de Candelario, este nombre únicamente se lo he oído a algunos habitantes de dicho pueblo que se lo han acuñado porque han querido y así se ha dado a conocer a mucha gente de manera errónea, de echo en la cartografía militar viene reflejada como Sierra de Bejar.
Dejando a un lado todas estas continuas disputas entre Bejaranos y Candelarienses por el «dominio» de la Sierra, lo mejor es aunarnos para poder continuar disfrutando de manera pública, de este hermoso y apacible lugar.
Un saludo.
Desde pequeño he leído los libros de Enríquez de Salamanca de la Sierra de Gredos de los años 70 o anteriores. En estos libros se habla de la geología, etnografia, tradiciones, etcétera de la Sierra de Gredos .
El macizo occidental de la Sierra de Gredos se denomina Sierra de Béjar. Este termino afecta a todo el macizo .
Algunos pueblos situados al lado contrario incluso en otra provincia como Solana de Ávila, era denominado Solana de Béjar , en referencia a la Sierra de Béjar , pero ha cambiado el nombre hace pocos años .
Es un mácizo pequeño de apenas tiene 40 km en en dirección NE-SW (más girada que el resto de macizos de la Sierra de Gredos) y separado marcadamente del macizo central de la Sierra de Gredos por el puerto de Tornavacas por lo cual no tienen cabida el nombre de diferentes sierras. Lo que sí que hay en el es son nombres de diferentes picos y de diferentes circos glaciares. Circo de Becedas, lagunas del Trampal, circo de las cocinillas, laguna del Duque, hoyamoros, etcétera.
El término sierra de Candelario se viene utilizando hace una veintena de años porque es el acceso turístico principal a la Sierra de Béjar, pero no está justificado al no haber ningún cordal marcado ni nada similar ni tampoco históricamente.
Hay que recordar que Béjar en el siglo 19 era una gran ciudad industrial la principal ciudad de todas las comarcas de la zona e incluso con más habitantes que Salamanca.