Ya nos advirtieron: si quieres escalar bien hay que estar dispuesto a sufrir. Entrenar duro, trabajar la fuerza de dedos y de tracción, la flexibilidad, la resistencia, aguantar a Mr Ekhiotz Alsasua y, por si fuera poco, tener fe, echarle morro, visualizar y adquirir gesto técnico. Dolores, agujetas y miedo. ¿A que nadie te contó que aún había más? Pues sí. Prepárate a darle martirio al cuello cada vez que asegures al compañero en su proyecto. Por suerte, hay remedio para prevenir esto último: las gafas de asegurar.
Las gafas de asegurar llegaron hace unos años a la escalada. No se trataba de ningún descubrimiento: gafas de prisma usadas habitualmente para leer en posición horizontal sin necesidad de almohadón que alguien tuvo la feliz idea de adaptar para que la mirada se proyectara hacia arriba. La historia es curiosa: a un escalador alemán, Albi Schneider, después de asegurar horas bajo un desplome, se le queda el cuello totalmente rígido y dolorido.
El fin de semana siguiente Albi se lleva un espejo a pie de vía y se lo ata a la rodilla. Aquello es un mareo por el movimiento y además lo ve todo invertido. Los siguientes pasos le llevan al prisma, a un óptico que le proporciona el material y a buscar la lente y la montura adecuadas. Después de nueve meses de I+D+I presenta su proyecto en la feria internacional ISPO de 2008, consigue un galardón y comienza la comercialización de las gafas bajo la marca marca CU.
Del escepticismo al éxito
Al principio, los escaladores recibimos las gafas de asegurar con cierto escepticismo. Muchos no augurábamos éxito alguno y menos en este gremio tan reacio casi siempre a incorporar nuevos inventos, eso sin contar con el elevado precio de los primeros modelos y la dificultad de encontrarlas en el mercado. Pero nos equivocamos. Hoy por hoy se trata de un must en cualquier mochila de escalador deportivo.
Con el paso del tiempo se han comercializado bastantes modelos de distintas marcas, por lo que también encontramos una variedad importante de precios y calidades. Se recomiendan de forma generalizada, pero más a sufridos compañeros de cordada de los que suelen asediar vías desplomadas.
Incorporar las gafas a nuestra rutina de aseguramiento
Sí, vale, ponerse las gafas de asegurar no requiere un doctorado en Física Nuclear: te las pones, pillas al compañero y ¡chimpún! De todas formas, te propongo una rutina: realizamos el check partner con las gafas colgando del cuello (todas deben llevar un cordón para esto) y así estar cómodos para portear al primero en el inicio. Estos primeros metros son decisivos, así que mantenemos la atención sin las gafas, hasta que la segunda cinta quede chapada, momento en el que nos las colocaremos. A partir de esta cinta la distancia a la que se encuentra el compañero es mayor, punto a partir del cual se recomienda ya su uso. Ten las gafas durante todo el ascenso y descenso de la vía, manteniendo así la atención plena en el compañero.
A tener en cuenta
Actualmente existen muchos modelos en el mercado y cada escalador tiene sus preferencias. Si vas a buscar unas gafas, es importante tener en cuenta lo siguiente.
- Plástico o metal. Las monturas metálicas resultan más duraderas y ligeras, pero también más propensas a deformarse, lo que puede originar problemas de visión. Las de plástico son algo más delicadas (quebradizas) y un poco más pesadas (aunque este dato no es del todo importante ya que el peso de las gafas estará determinado fundamentalmente por el tamaño de los prismas).
- Tamaño de los prismas. Unos prismas grandes se adaptarán mejor al tamaño de cara, ofrecerán un campo visual más amplio y reducirán un poco la sensación de mareo; por todo esto son más populares. Un prisma pequeño es más ligero y aumenta el campo de visión periférico.
- Gafas de escalada VS gafas de leer modificadas. Encontramos en el mercado gafas de lectura transformadas en gafas de asegurar. Creo que no son una buena opción. Actualmente ya no resultan tan baratas (en comparación con las de escalada), pesan más, el ángulo no es el más idóneo y las molduras suelen tapar el campo de visión periférico.
Dolor, molestias y lesiones
En la columna vertebral existe una serie de curvaturas (vista de lado) cuya función es aumentar la resistencia a las compresiones axiales, aumentar la elasticidad y situar el centro de gravedad dentro de la base de sustentación (equilibrio). La pérdida o el aumento de estas curvaturas puede desembocar en una lesión.
Cuando aseguramos al compañero en una posición mantenida de hiperextensión del cuello (cabeza hacia atrás mirando hacia arriba) suceden básicamente dos cosas:
- UNA, activación constante de la musculatura extensora del cuello, lo que produce una sobrecarga de dicha musculatura y puede llevar a un desequilibrio muscular entre los extensores y los flexores del cuello.
- DOS, contacto óseo de las apófisis espinosas y de las carillas articulares, produciendo estrés en estas articulaciones que puede acabar en procesos degenerativos de las mismas.
Además de las probabilidades de terminar lesionados, si sumamos estas dos situaciones y las repetimos con frecuencia, lo que obtendremos con casi total seguridad será dolor y molestias habituales en el cuello.
Por Rubén Martínez
Sputnik Salud