La primera exposición que colgamos en Sputnik fue ‘Piedra, papel, lápiz’, una colección de croquis artísticos de escalada recopilados por Eli, Juáncar y Rafa. Ahora, presentan un nuevo proyecto, un libro de gran formato que recoge parte de la tradición del viejo arte de reseñar las vías de escalada. Nos hemos puesto en contacto con ellos para conocer de cerca este proyecto lanzado a través de una campaña de patrocinio.

Eli Azurmendi, Juáncar Sanz y Rafa Elorza son tres montañeros con inquietudes artísticas y socios del Club Vasco de Cámping de San Sebastián. Eli es pintora, dedicada profesionalmente al arte, oficio que la ha llevado a relacionarse con gente variopinta (viajeros, músicos, aventureros y escaladores). De ahí surge su trabajo sobre el croquis de escalada, aportando una visión artística a las aperturas de nuevas vías de sus amigos escaladores.

Juáncar es un escalador y aperturista de larga trayectoria. Ha publicado sus croquis en revistas como Pyrenaica o Errimaia y, por supuesto. en los libros de piadas del club. Actualmente realiza croquis muy elaborados y coloristas en ordenador, algunos de ellos para ilustrar los paneles informativos de las áreas gestionadas por la Federación Guipuzcoana.

Rafa también es escalador, pinta y dibuja con cualquier cosa que caiga en sus manos. Él dice que no es artista, que lo hace para entender lo que le rodea. Su dedicación al croquis nace de la necesidad de describir las vías abiertas con sus amigos. Además, le gusta escribir y es el que ordena y convierte en texto las ideas que compartimos para el libro en nuestras sesiones de trabajo.

Expo Croquis Eli Azurmendi, Juáncar Sanz y Rafa Elorza Sputnik Climbing
Juáncar Sanz, Rafa Elorza y Eli Azurmendi durante la presentación de la exposición de croquis en Sputnik Las Rozas, 2021.

 

¿En qué (buen) momento os conocéis y comienza la recopilación de reseñas artísticas?
Nos conocimos a raíz de una exposición de Eli organizada por el Club Vasco de Camping en 2018 con motivo del estreno de Al otro lado de la cuerda. En esa película hay un montón de acuarelas y óleos realizadas por Eli, algunas de ellas son croquis. Así que, tras la presentación, nos enredamos en una conversación sobre el valor artístico de algunos croquis de escalada. Esas reflexiones ya las habíamos hecho cada uno por nuestra cuenta en un ambiente, el de la escalada, que podía sentir un interés más o menos tangencial sobre el tema, en el mejor de los casos. Y de pronto nos vimos compartiendo ideas y propuestas de forma entusiasta y en un entorno propicio, porque disponíamos de una sala de exposiciones y de unos recursos de divulgación que nos abrían posibilidades interesantes. Pasamos de una propuesta de exposición monográfica sobre los croquis de Eli a querer hacer una colectiva los tres y, finalmente, por qué no, abrirla a otros autores. Invitamos al imprescindible Armand Ballart, a Luis Alfonso y a todo el equipo de Christian Ravier. La respuesta de todos ellos fue magnífica y en 2020 montamos una exposición que titulamos Piedra, papel, lápiz, con once autores de ambos lados del Pirineo y que fue el embrión de toda esta movida en la que estamos ahora. La exposición se mostró también en vuestro Sputnik de Las Rozas; en Pau, durante el Festival Image et Montagne, y en La Casa de la Montaña de Jaca, con muy buena acogida. Teníamos previsto mostrarla también en Etxauri y en Potes, durante la Semana Lebaniega, pero en ese punto hablamos con Jabi Baraiazarra, de Mendifilm, y le comentamos que veíamos un gran potencial a la idea y se podía hacer una exposición mayor, con participación de autores de croquis de todo el mundo. Al Mendi le gustó la idea y se volcó en su ejecución, el espacio expositivo del que tendréis ocasión de disfrutar, en el Museo de reproducciones de Bilbao, durante el Mendifilm de este año. Es algo increíble, estamos encantados con la implicación de la Diputación de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao. Mientras reuníamos el material, alguien, en algún momento comentó: “Sabéis que aquí hay un libro”. Nos miramos los tres y nos echamos a reír. Y aquí estamos.

Expo Croquis Aguja Negra Rivas Acuña Sputnik Climbing
Oeste de la Aguja Negra de Galayos, croquis original de la vía Brasas/Rivas/Acuña, 1957.

 

¿Por qué esa fascinación hacia el croquis de vías de escalada?
Hay algo en lo que coincidimos los tres (bueno, coincidimos en más cosas también) y es el gusto por la tradición perdida de la ilustración a través del dibujo, la ilustración científica de especímenes o las descripciones geográficas de paisajes y el dibujo de mapas, por ejemplo. La fotografía y las nuevas tecnologías han acabado con eso. Entre los compañeros de Scott en su malogrado viaje de vuelta del polo Sur había un miembro, el doctor Edward Wilson que, además del componente científico, era un magnífico artista, sus cuadernos de notas son de una belleza extraordinaria. Con el croquis de escalada pasa algo parecido, la fotografía trata de suplantar al dibujo. Y no es solo una cuestión de nostalgia romántica, pensamos que un buen croquis funcional supera a menudo la capacidad explicativa de una foto en vías más o menos complejas.

Conozco escaladores (un poco ajados, la verdad) que su principal motivación cuando abrían una vía era ponerle un nombre guapo y hacer un croquis. ¿Se ha perdido esa pulsión?
Pensamos que no, para nada. Prueba de ello son los más de 300 croquis publicados en el libro (tras hacer una severa selección); muchos de ellos son croquis modernos. Abrir una nueva vía es sin duda un trabajo creativo, que comparte muchos aspectos con las artes, en este caso gráficas. No es extraño que, quien tiene una mínima habilidad para desenvolverse, quiera representar su obra en la roca sobre el papel. Obviamente, equipar una línea de deportiva en un bordillo de veinte metros, junto a otras cuarenta, quizá no te empuje a dibujarla, pero dibujar una línea intrincada que recorra una gran pared especialmente estética, puede ser irresistible, casi tanto como escalarla. ¿O no?

¿Existen otros registros de cartografías artísticas con una entidad parecida a la del croquis de escalada?
Por supuesto, el fascinante mundo de los mapas antiguos dibujados a mano. Existe una amplia bibliografía, coleccionistas y obras de arte cotizadísimas y guardadas en museos de todo el mundo. Pero además, como decíamos antes, si exploramos el mundo del dibujo científico, nos quedaríamos atónitos, desde los atlas de anatomía humana hasta los libros de fauna o de botánica. Hace unos años, Eli hizo un encargo para el Ayuntamiento de Biescas de Orquídeas del Pirineo: pintar las 67 especies en un póster magnífico. Quizá hubiese sido más sencillo hacerlo con fotografías, seguro, pero no hubiese tenido ese encanto, aparte de que el valor didáctico de un buen dibujo (donde el artista pone el énfasis descriptivo donde le interesa) es muchas veces superior.

Funcional y artístico(al estilo Bauhaus) son las premisas de un croquis bonito, original y práctico. La pregunta: ¿es compatible hacer algo preciso y útil y, a la vez, singular y atractivo?
La respuesta la tienes en muchos de los croquis de Armand Ballart. Absolutamente sí. De todas formas, en el libro intentamos explorar ese camino entre lo funcional y lo artístico, que es el viaje fascinante que nos ha guiado en la parte más conceptual de El arte en el croquis de escalada.

Expo Croquis Paine Sputnik Climbing
Croquis de Eli Azurmendi de la vía Antxon eta Gaizka en la Torre Central del Paine.

 

¿Tiene valor (valor como croquis artísitico) una reseña preciosa pero que a la hora de escalar una vía no sirve para nada?
Sí, por supuesto. Christian Ravier dice que hay croquis que te invitan a soñar, que despiertan tu deseo de realizar tal o cual escalada. Solo por eso ya valen la pena. Obviamente, cuando te calces los gatos a pie de vía querrás tener en tu bolsillo un croquis que desentrañe las claves de la ruta de una forma clara y sintética, te sobrarán todos los adornos, pero cada croquis tiene su función, y su momento. Los libros de cima del Palatinado de las primeras décadas del siglo XX están llenos de elementos decorativos tan encantadores como inútiles, pero hacen que pasar sus páginas sea un ejercicio ameno, más allá de la página que ocupa la vía que vas a hacer esa tarde.

Hay reseñistas con un estilo sobrio y funcional, pero a la vez muy reconocibles, muy de autor. ¿Tienen cabida estos croquis en vuestra compilación?
Sin ninguna duda. Es lo que hemos denominado “croquis utilitario” y el libro cometería un agravio imperdonable si los hubiésemos pasado por alto. Sobre el estilo, un croquis de Luis Alfonso, por ejemplo, es absolutamente reconocible, es, efectivamente, un croquis de autor. En ese concepto Bauhaus al que te referías, debemos dar cabida al arte, pero también al oficio. El libro recoge un par de croquis de Bonatti, apuntes de su mano de carácter exclusivamente funcional. El croquis original de Rabadá y Navarro al Espolón del Firé o un papel arrugado de Mark Dalen con el trazado de la Regular al Half Dome que llevaba en la chaqueta cuando la hizo en 1983, son documentos muy alejados de cualquier pretensión artística, pero para nosotros tienen un gran valor.

¿La era digital asesinó al arte de hacer croquis?
No. Si alguien asesinó el arte de hacer croquis fue la fotografía. Los recursos digitales son un aliado. La enorme potencia de las herramientas digitales puede utilizarse para explorar nuevos recursos de estilo. A veces para la creación de obras elaboradas sin una base “analógica” y otras para combinar recursos digitales y tradicionales, recurriendo a estrategias de composición con obras hechas a mano o el uso de partes digitales en textos o figuras combinados con dibujos a lápiz o pinturas sobre papel. Las posibilidades son infinitas y el ordenador una herramienta más.

¿Qué es El arte en el croquis de escalada?
El arte en el croquis de escalada es un libro que acompaña a la exposición Piedra, papel, lápiz. No es un catálogo, porque cada proyecto recorre su propio camino, aunque convergen en muchos aspectos. El libro tiene dos partes, una primera, conceptual, en la que se recorre ese camino entre la utilidad y el arte, desde el origen del croquis (incluimos el que, en nuestra opinión, es el primer croquis montañero de la historia), pasando por su funcionalidad y la incorporación de elementos sugerentes que nos hablan de los gustos y la idiosincrasia del mundillo escalador, hasta el croquis casi como pretexto para crear una obra de arte. En una segunda parte el libro hace un recorrido más físico, geográfico, partiendo de nuestras montañas vascas y peninsulares hasta las montañas más lejanas en los confines de la tierra.

Expo Croquis Armand Ballart Sputnik Climbing
Un croquis de autor con el sello inconfundible de Armand Ballart.

 

¿Quién participa?
Muchísima gente. Comenzamos por invitar a nuestro círculo de contactos, pero la red se fue extendiendo y vimos que podíamos tener acceso a autores de croquis de todo el mundo, además de algunas instituciones como clubes, museos o revistas de prestigio internacional. La respuesta que hemos recibido ha sido en todos los casos muy positiva, con una disposición magnífica para colaborar, desde el Museo de la Montaña de Turín hasta la Asociación de Escaladores de Yosemite. A la gente le ha gustado la idea y el proyecto ha sido muy colaborativo, no solo aportando material personal, sino también propuestas interesantes en ámbitos que desconocíamos. La aportación de revistas como Pyrenaica, como Peñalara o el Alpine Journal nos han permitido, además, acceder a material histórico muy interesante. La Biblioteca Joaquín Leguina de Madrid o la Asociación de Escaladores del Palatinado nos han permitido descubrir piezas que harán las delicias de cualquier apasionado de este mundillo. Sobre las aportaciones individuales, qué podemos decir, ha sido muy gratificante.

Ay, qué pocos nombres de mujeres…
Sí que hay mujeres que dibujan croquis, además de Eli. Como Camille Beurrier, que acaba de ilustrar la guía de escaladas de Cap de Long, como Elena Giménez, que ilustró la del Valle del Aragón o Lola Goycoa, que dibuja sobre todo Montserrat, ambas con planteamientos muy originales. Rhianon Klee, que estará con nosotros en Bilbao durante la exposición, también dibuja croquis de gran valor artístico de las vías que escala. No podemos olvidar a otras mujeres como Jenny Eguskiza, que ilustraba con sus acuarelas rutas del Himalaya en la revista Pyrenaica, o Florence Lelong y sus ilustraciones clásicas para Sommets du Mont Blanc, la guía publicada junto a Jean-Louis Laroche. Silvia Metzeltin es autora de una magnífica guía de Patagonia, aunque en este caso los dibujos los hacía su marido, Gino Buscaini. No son muchas, pero su aportación es original en el apartado de croquis artísticos. Seguramente la proporción refleja la realidad del mundo de la escalada, que ha sido, hasta hace poco, abrumadoramente masculino.

El prólogo es de Rolando Garibotti… vaya lujo.
Sin duda. Contactamos con Rolo muy al inicio del proyecto, hace muchos meses, y desde el primer día se ha volcado con nosotros, dándonos muy buenos consejos, poniéndonos sobre la pista de muchos autores de croquis, no solo de Patagonia. Ha sido una suerte contar con su colaboración y que sea el prologuista del libro es un privilegio para nosotros. Ha habido dos colaboradores imprescindibles en el libro, uno de ellos es él y el otro Armand Ballart, que también desde el primer día nos ha ayudado, mostrando una disposición formidable y generosa. Él es el autor del capítulo de Montserrat y colaborador imprescindible en otro de los capítulos, que habla del surgimiento en España del croquis con decoración con motivos underground de los 80, un fenómeno del que fue protagonista principal junto a Ernesto López. Una parte del libro ha sido posible gracias a Rolo y Armand, por eso hemos querido que ambos estén presentes de forma destacada.

Expo Croquis Philippe Mussatto Sputnik Climbing
Una reseña de Philippe Mussatto tan bonita como la vía que traza, en el macizo de Aladaglar, Turquía.

 

¿Qué diferencias entre países (o regiones), o épocas, habéis detectado? ¿Qué país diríais que comenzó la tradición y dónde? ¿Dónde está más arraigada?
No hemos observado diferencias notables. El croquis utilitario que nace de la necesidad de describir una ruta, con sus dificultades y accidentes morfológicos de la pared, es parecido en todas partes, generalmente dibujos a lápiz o a tinta, con más o menos detalle, pero generalmente sintéticos y funcionales. Es en los ochenta del siglo pasado cuando surge un derroche de expresividad en los motivos que acompañan al propio trazado de las vías y que refleja el sentir del autor. A partir de ahí se abren las puertas a la creatividad que convierten el croquis en algo más que una herramienta para la escalada.

El origen se da donde nace el afán de subir montañas, es decir, en los Alpes, tras la ascensión del Mont Blanc. El primer croquis, muy esquemático, es un dibujo realizado por Adolf Von Gersdorf, que describe con una línea la progresión de Paccard y Balmat en su ascensión en 1786, mientras los seguía con su telescopio. Le siguen varias litografías de esa misma ruta en los años siguientes. La producción masiva de croquis se produce a mediados del siglo XIX con la publicación de la primera revista de montaña del mundo, el Alpine Journal británico, que acompaña muchos de sus artículos de croquis reproducidos por xilografía. Todos los macizos montañosos tienen su tradición de croquis utilitarios, pero es verdad que el boom de los ochenta surgió en España, y hay que nombrar a Armand como el principal culpable. Su modelo se extendió rápidamente por todos los libros de piadas y traspasó fronteras.

¿Me dais detalles sobre el patrocinio de este proyecto?
Hemos querido hacer una publicación atractiva, bien elaborada y en la que las imágenes luzcan. El planteamiento es el de una publicación visual, con 300 imágenes, donde estas tengan protagonismo, acompañadas con un relato que las ponga en contexto, sin ser excesivo o demasiado erudito y que no aburra. Necesariamente el formato es el de un libro bastante grande, de medio formato, con tapas duras y un papel de calidad, y eso es caro. El planteamiento de la financiación se ha hecho para 700 ejemplares, de forma que la venta de toda la tirada permitiría sufragar los gastos, asumidos en una tercera parte por Mendifilm, una tercera parte por el Club Vasco de Cámping y una tercera parte por nosotros. Para afrontar esta última hemos lanzado el crowdfunding. En la medida en que la respuesta sea mayor, podríamos aventurarnos a una tirada mayor, que nos permitiera reducir el coste del ejemplar para poderlo poner a la venta en librerías sin perder dinero.

¡¡Mucha suerte!!

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El arte en el croquis de escalada, una campaña de crowdfunding

Si quieres conseguir un ejemplar o más de esta obra llamada a convertirse en un libro de referencia y objeto de coleccionismo, puedes participar en la campaña de patrocinio.

El libro arranca con un viaje geográfico por las montañas del planeta y continúa con una segunda parte, conceptual, dedicada a la historia, los estilos, técnicas y formas de entender el croquis. Incluye 300 magníficas imágenes a color de croquis aportados por escaladores de todo el mundo, acompañadas de un texto explicativo.[/vc_message]

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