La escalada en el medio natural nos traslada a un entorno muy distinto al del rocódromo. Además de otros requerimientos técnicos y logísticos, dar el paso a escalar en roca debería implicar concienciación y conocer una serie de circunstancias que amenazan seriamente el acceso a numerosas zonas. Enumeramos diez puntos que nos parecen fundamentales para evitar cierres y conductas poco… elegantes.
En la última década la popularización de las actividades en el medio natural ha provocado una huida masiva de la gente de la ciudad a montañas, valles y ríos. Es un flujo incesante, un éxodo sin precedentes que tiene como destino entornos frágiles y casi siempre protegidos. Protegidos por una administración que no siempre cuenta con recursos y medios (o voluntad) para hacer las cosas bien y que la mayoría de las veces, ante la avalancha, apuesta por prohibiciones totales y no por regulaciones adaptadas a circunstancias temporales.
Como ya sabéis, la escalada no se escapa a esta situación. No es fácil saber cuántos escaladores hay exactamente en España. En 2014, en España se expidieron 152.000 licencias federativas de montaña (92.000 nacionales y 60.000 autonómicas), aunque la FEDME estimaba entonces la existencia de 2.000.000 de practicantes, la mayoría senderistas. La cifra se ha incrementado en el último lustro. Este año, solo la Federación Madrileña ha repartido 18.900 licencias, lo que supone un incremento del 100 por cien desde 2010, año en el que se federaron 9.900 “montañeros”. ¿Qué porcentaje de escaladores se federa?, ¿llegará al 5 por ciento?…
Y esta es una de las grandes tareas pendientes de los escaladores: ser conscientes de esta realidad y de los problemas que conlleva, y buscar fórmulas para que no derive en más prohibiciones y enfrentamientos (con propietarios, administraciones, población local, gestores medioambientales, otros escaladores…).
Hemos recopilado los diez puntos que consideramos esenciales para mejorar la convivencia y preservar las áreas de escalada. Entendemos que no hacía falta esta vez insistir en grandes obviedades del tipo no dejar basura, no hacer fuego o no tirar el aceite del coche al río.
Decálogo de buenas prácticas del escalador de roca
Masificación
- Descarta en lo posible viajar a las zonas más populares y frecuentadas. Si finalmente no te puedes resistir a salir en Instagram en la escuela de moda y con la misma etiqueta de los más pros de la escena, intenta al menos elegir fecha “fuera de temporada” o molestarte en buscar sectores menos concurridos.
- El tiempo que haya que invertir caminando para llegar a un sector suele ser inversamente proporcional al número de escaladores que encuentres a pie de vía.
- Hay zonas olvidadas que no han dejado de ser buenas por el hecho de que la gente ya no vaya.
- Ten siempre un plan B para ir a otro sitio si llegas al aparcamiento y lo encuentras abarrotado.
Infórmate
- Consigue toda la información (no solo los croquis y las rutas *****) de la zona que vas a visitar: si hay regulaciones, si las paredes se encuentran en finca privada, cuáles son los accesos permitidos, dónde se aparca, si hay ganado (ojo con los perros), si se puede dormir en furgoneta…
- Haz caso a las recomendaciones de los locales.
Flora y fauna
- Ten en cuenta las regulaciones por especies amenazadas.
- Informa a los grupos locales, asociaciones o directamente a los forestales de nidos ocupados que encuentres en vías no señalizadas con regulación.
- Respeto también por el resto de especies (vegetales y animales) rupícolas y del entorno.
- Ojo con los perros.
Ruidos
- No pongas música.
- Aullar como un poseso después de volar en tu proyecto no te garantiza encadenar en el siguiente pegue. Gritar en cada paso tampoco te convierte en Adam Ondra…
- Ojo con los perros.
- Ojo con los niños.
Transporte y pernocta
- Mejor compartir vehículo (por la zona de escalada y por el planeta), incluso ir en transporte público o en patinete.
- Mucha atención a dónde se aparca y por dónde te metes con el coche. Cuidado con bloquear el paso de maquinaria agrícola, pisar sembrados, transitar por pistas prohibidas…
- En España, acampar está prohibido en cualquier lugar que no esté señalizado y habilitado para ello.
- Si vas en furgoneta habitable o autocaravana, apréndete de memoria las diferencias entre pernoctar en un vehículo y acampar.
- Algunos espacios protegidos incluyen en su normativa la prohibición de pernoctar fuera de los cámpings o áreas
La caca
Volvemos a este asuntillo delicado. Dedícale un tiempo y algo de atención a (re)leer el artículo que publicamos hace unas semanas.
Acceso a los sectores
- Durante la aproximación o cuando te traslades de un bloque a otro, transita siempre por sendas marcadas y/o señalizadas, no abras caminos ni te desplaces campo a través.
- Si pasas (legalmente) por fincas o lugares con ganado (ojo con los perros), deja siempre las puertas de las vallas cerradas.
Costumbres
Respeta los usos, trabajos y tradiciones de los sitios donde escales. Lo que para ti es un estupendo terreno de ocio y diversión, para algunos se tratará de un lugar de culto, de contemplación o directamente el sitio donde ganarse la vida.
Respeto entre escaladores
- No acapares vías con cuerdas pasadas por el descuelgue o dejando cintas puestas y no permitiendo a otros escalar la línea.
- Usa material propio en los descuelgues para escalar en polea.
- Cuida la roca. Limpia el magnesio de cantos. Evita las clecas y, si no eres capaz de memorizar dónde poner un pie, borra luego la marca. No uses cepillos con cerdas de alambre.
Impacto positivo
Busca la forma para que tu visita promueva un impacto positivo en el lugar. Por ejemplo:
- Compra la guía local (no “croquis vampiro”).
- Colabora con la financiación del equipamiento o, al menos, felicitando a los equipadores.
- Participa a las campañas de limpieza, aterrazamiento de pies de vía, acondicionamiento de accesos…
- Contribuye a animar la economía de la zona.