Muchos de vosotros nos sugerís cada poco tiempo que insistamos en esta cuestión tan… “delicada”. Ahora que todo son buenos propósitos de cara a volver a la “normalidad”, nos parece que ha llegado el momento para recordar algunas pautas importantes a la hora de acometer ese deber diario –o casi– e inapelable.
El descuido habitual a la hora de atender a la llamada de la naturaleza en la montaña o en los sectores de escalada provoca problemas en el medio que, dependiendo de la acumulación de detritus, puede causar desde un pequeño, pero desagradable, inconveniente visual y/o aromático, a un problema ambiental de cierta magnitud asociado incluso a la transmisión de microorganismos causantes de enfermedades.
Tampoco hay que olvidar las consecuencias que esto genera en ocasiones en los accesos a las zonas de escalada. “¿Que me habéis convertido el corral en una letrina?… A partir de ahora aquí no entra ni Dios a escalar” (sic).
Una persona normal produce una media de 140-175 gramos de excrementos diarios (unos 4,5 kilos al mes). Calculad lo que eso supone en una zona de escalada de moda en temporada alta, o en el campo base de una montaña muy solicitada. Un dato: en 2018, los “alpinistas” dejaron 14 toneladas de caca en la base del Everest.
Descomposiciones
Según las condiciones, un zurullo puede tardar hasta un año en desaparecer totalmente. Dependiendo del tipo de sus materiales, la cantidad acumulada, las condiciones de humedad y temperatura y las características del suelo, el papel tardará en descomponerse entre cuatros semanas y un año.
Las toallitas (¿de verdad que no podéis prescindir de ellas?), además de provocar graves atascos y problemas en la red de alcantarillado por la insana costumbre de tirarlas al inodoro (en Londres, una masa amorfa de 130 toneladas y 200 metros de longitud viaja por las cloacas amenazando con colapsar el sistema de saneamiento) tardarán unos 100 años en degradarse. No hablemos ya de un pañal (hasta 500 años) o de compresas y tampones (más de 300 años).
Giardia lambia y Cryptosporidium parvum
Estos dos simpáticos, e impronunciables, protozoos –que, cuando nadan en el agua que bebemos, son causantes de diarrea, náuseas, vómitos, fiebre y dolores abdominales– se transmiten por las heces. No es difícil que una caca depositada cerca de una fuente, un río, una surgencia… contamine el agua potable. Hay mamíferos e insectos, incluso nosotros mismos si pisamos una plasta por descuido, responsables de trasladar los agentes patógenos al líquido elemento. También nuestras mascotas y la ganadería pueden actuar como “animales hospedadores”.
Por tanto, tenemos tres rutas de transmisión al hombre, de tipo fecal-oral: de persona a persona, de animal a persona o por ingestión de agua o alimentos contaminados.
Y, atención, que, aunque la mayoría de las personas sanas con criptosporidiosis se recupera en dos semanas sin tratamiento, la simple cagalera puede derivar en algo serio. Una infección masiva de Cryptosporidium parvum en Milwaukee (1993) afectó a más de 400.000 personas y provocó la muerte de un centenar.
La buena praxis escatológica
Si leyerais el Antiguo Testamento con asiduidad, nos podríamos haber ahorrado este artículo: Designarás un lugar fuera del campamento donde puedas ir a hacer tus necesidades. Como parte de tu equipo tendrás una estaca, con la que cavarás y, después de hacer tu necesidad, cubrirás tu excremento. Porque Jehová tu Dios anda en medio de tu campamento, para librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento ha de ser santo, para que él no vea en ti cosa inmunda y se vuelva de en pos de ti. (Deuteronomio 23:12-13-14)
Pero como sabemos que algunos de vosotros andáis un poco despistadillos en la cuestión bíblica vamos a repasar las recomendaciones que aparecían en la campaña ENTIERRA TU CACA que Escalada Sostenible lanzó hace unos cuantos años.
¿Cómo y dónde hacerlo?
- Intenta llegar aliviado al sector. Siempre es mejor vaciar la papelera de reciclaje en un inodoro que en el campo.
- Si no te queda más remedio, entierra la deposición a 20 cm de profundidad. Si remueves con un palo el regalito y lo mezclas con tierra acelerarás el proceso de descomposición.
- Nunca defeques en lechos secos, ni en zonas inundables, ni cerca de cursos de agua (por lo menos a 60 m como mínimo), y mejor cavar en terrenos secos. En climas con temperaturas bajo cero permanentemente, debido a la inexistencia de actividad bacteriana, hay que llevarse la mierda de allí.
- Atención a la normativa ambiental de cada sitio. Hay lugares donde solo está permitido hacerlo en letrinas o directamente llevarte todo en una bolsa. En algunas paredes concurridas, como El Capitán, debes usar el tubo-caca (poop tube) para que las reuniones no se conviertan en almacenes de estiércol humano a granel.
Papel y demás
Hay que llevárselo para tirarlo en la basura. No lo entierres ni tampoco lo quemes; se han producido incendios por hacer esto, un ejemplo: el fuego que arrasó 13.000 hectáreas en las torres del Paine fue provocado por un excursionista que quemó su papel. Llévatelo contigo y tíralo cuando encuentres un contenedor. Puedes usar, y reutilizar, bolsas con cierre estanco (van muy bien las de congelar alimentos).
Herramienta
Llevas en el macuto esparadrapo, cortauñas, una banda elástica para calentar y hasta cremita hidratante para después de escalar. Pues no te olvides de añadir una pala plegable o una pequeña azada para cavar. Son baratas, no ocupan ni pesan casi nada y las encontrarás en cualquier sitio.