Hace 18 meses arrancó un ambicioso proyecto: Sputnik Investigación. Bajo el escepticismo generado por las dudas de su viabilidad, pero empujado por el entusiasmo de sus impulsores, el proyecto despegó y comenzó a consolidarse. Ahora llega el momento de hacer un breve repaso a su trayectoria, emprender un proceso de detección y promoción de talentos y valorar la incorporación de nuevos miembros al Equipo.
Sputnik Investigación cumple un año y medio de andadura. Poco si lo comparamos con las experiencias vividas y la motivación y energía que, tanto los que formamos el equipo técnico como el equipo de deportistas, hemos inyectado al proyecto.
Los objetivos entonces, los objetivos hoy
Los objetivos del Equipo siguen siendo los mismos. En términos generales: ahondar en el conocimiento de la escalada, principalmente en el ámbito de entrenamiento, entendiendo este como un proceso multidisciplinar que integra diferentes áreas de la comunidad escaladora y procesos que no solo tienen que ver con el alto rendimiento deportivo.
Comenzamos por apostar por un grupo de profesionales que trabajaran con deportistas de alto nivel. En un primer momento se pensó en incorporar a escaladores y escaladoras de competición (bloque y dificultad), aunque la idea originaria cambió antes de formalizar la plantilla de deportistas; el equipo técnico detectó la necesidad de ampliar la visión y discernir entre quienes compiten en bloque y/o de dificultad e incluso incluir deportistas de paraescalada.
Se creó un equipo de ocho deportistas (cuatro chicos y cuatro chicas). ¿Cómo se seleccionaron? Pues, sinceramente, fue un criterio técnico donde pesó la afinidad a Spuntik Climbing y también el hecho de estar trabajando ya con algunos de los técnicos implicados en el proyecto.
Bastaron seis meses para darnos cuenta de que nos habíamos quedado cortos, enseguida creamos una rama paralela de escalada en roca y se unió al Equipo Jorge Díaz-Rullo.
Organización interdisciplinar y nuevos técnicos
Durante estos 18 meses la principal meta del equipo técnico se ha centrado en encontrar, agilizar y sistematizar métodos de trabajo entre nosotros mismos y de cara a los deportistas. En realidad, aún seguimos en ello… y –esto es una opinión personal– ¡ojalá que esto no acabe nunca! Agilizar los procesos nos ha permitido dedicar tiempo a probar nuevas metodologías y a desarrollar propuestas de mejora en lo que veníamos haciendo. Un proceso nada nuevo en el mundo del deporte, el ABC de cualquier habilidad motriz: practicar, fallar, acertar, fallar, acertar, repetir y repetir hasta conseguir depurar y automatizar habilidades… Y una vez integradas estas nuevas habilidades, seremos capaces de dedicar atención y energía al desarrollo de otras nuevas.
Esta búsqueda de mejorar día a día y de ir asentando procesos nos permite actualizar el Equipo, tanto con perfiles técnicos como deportivos, y con nuevos materiales, instalaciones y formatos de trabajo. En eso estamos a día de hoy. En escasos 15 días realizaremos la segunda edición del “Summer Training Camp” –como lo bautizó Pedro Bergua el año pasado en el asunto de un correo–, una semana de entrenamiento en bloque (que coincidirá con la inauguración del centro de Legazpi) y en vías (en Sputnik Las Rozas), con setting específico, evaluaciones desde las principales áreas de trabajo (físico, técnico-táctico, salud, psicología y nutrición) y sesiones dedicadas al desarrollo de temáticas concretas, como regulación de la carga de entrenamiento o la ejecución correcta de ejercicios de cada área, entre otros.
Llamada a nuevos deportistas
Este año durante el Summer Training Camp se abrirá la posibilidad de observar y evaluar nuevos perfiles que, en un futuro próximo puedan incorporarse al Equipo, independientemente de su modalidad (bloque, dificultad o roca) y del formato de trabajo.