El Reto Pelayo Vida reúne cada año a cinco mujeres que han padecido cáncer para lanzarse a una aventura. Travesías en velero, largas travesías ciclistas, escalada, buceo… En la novena edición (2023), nuestras protagonistas –Sonia, Kica, Laura, Anna y Yolanda– se adentraron en el Hielo Patagónico Sur, la tercera extensión helada más grande del mundo, para hacer la ascensión al Cerro Gorra Blanca.
¿Cómo os juntasteis para este reto? ¿cómo surgió la idea?
En el reto hay un proceso de selección: se convoca a dieciocho finalistas de unas cuatrocientas candidaturas que se presentan cada mes de marzo, con perfiles que puedan encajar en el reto de cada año. Se pasan una serie de pruebas físicas, pero además se valoran otros aspectos como las capacidades de trabajar en equipo, liderazgo, empatía, etcétera.
29 semanas de entreno…, ¿fue más duro que el propio reto?
El entrenamiento fue duro porque requería una gran disciplina, pero nuestra directora deportiva, Rocío Monteoliva (una gran escaladora y alpinista) supo dirigirnos con paciencia y exigencia, consiguiendo que las cinco llegáramos fuertes y felices al reto. Este es un reto elegido, a diferencia del cáncer, y las cinco estábamos muy motivadas y felices de poder avanzar juntas hacia nuestro objetivo. Disfrutamos de cada salida de montaña, de cada actividad y supimos encajar en nuestra ajetreada vida todo el proceso de entrenamiento, que estuvo muy bien diseñado desde el principio. Todos nuestros amigos, compañeros de trabajo y, por supuesto, nuestras familias nos han apoyado incondicionalmente en todo el proceso, facilitándonos poder entrenar y prepararnos psicológicamente para lo que estaba por llegar.
Durante los entrenamientos tuvimos además grandísimos momentos, coronando el Almanzor, corriendo trails juntas y con compañeras finalistas y amigos. En resumen, el entreno fue un «sufridisfrute» absoluto, como le gusta decir a Kica.
ESTE ES UN RETO ELEGIDO, A DIFERENCIA DEL CÁNCER, Y LAS CINCO ESTÁBAMOS MUY MOTIVADAS Y FELICES DE PODER AVANZAR JUNTAS HACIA NUESTRO OBJETIVO
¿Qué supone para vosotras subir al Cerro Gorra Blanca?
Con nosotras, y en nuestras mochilas, han subido todas aquellas mujeres que han pasado o están pasando un proceso de cáncer. Gracias a sentir tan nuestro este objetivo y al apoyo de todos los que nos rodean, del equipo técnico de guías argentinos (desde el reto, nuestras deidades terrenales), nuestra directora deportiva y el equipo de apoyo, pudimos coronar el Cerro Gorra Blanca y experimentar una gran felicidad. El día de la cumbre sentimos la grandeza de la montaña y la inmensa suerte de poder celebrar en vida este reto tan increíble.
35.000 mujeres al año en España son diagnosticadas de cáncer de mama. ¿Qué queréis que suponga para las demás? ¿Qué queréis visibilizar, reivindicar?
Pensamos que realizar este reto es compartir un mensaje de esperanza, de transmitir ganas de vivir la vida intensamente, incluso durante el proceso del cáncer. Pero también queremos enviar un mensaje sobre lo necesario de la investigación, de los cuidados y de la desestigmatización de esta enfermedad. Una de cada ocho mujeres padecerá cáncer de mama a lo largo de su vida y una de cada tres mujeres padecerá algún otro tipo de cáncer. Asimismo, queremos hablar de la importancia del deporte antes, durante y después del cáncer. Nosotras hemos iniciado ahora un proyecto al que hemos llamado Montañas de Vida, con el que queremos crear comunidad en torno a la montaña con aquellas mujeres que están en este momento en tratamiento oncológico o en recuperación. Creemos que el deporte en la montaña aporta múltiples beneficios, mejora nuestra condición física y psicológica y forma parte de los cuidados necesarios para sentirnos más felices y más vivas.
¿Qué es lo que más os ha costado del reto?
Nunca nos habíamos enfrentado a una expedición tan larga (siete días), en un lugar tan frío y con un tipo de actividad tan específica de alpinismo. Todo era un reto para nosotras, pero creo que quizás uno de los aspectos más difíciles haya sido ser autosuficientes en portear todo nuestro material, llegando incluso Sonia a cargar con veintiún kilos durante tres días siendo la mínima carga que llevábamos de dieciocho kilos. El esfuerzo continuado lo superamos gracias a apoyarnos y funcionar como un gran equipo. Si hubo algo que nos costara muchísimo, creo que lo olvidamos el día que coronamos juntas el Cerro Gorra Blanca.
¿Qué es lo mejor que habéis sacado de la experiencia?
Hay muchísimos regalos de esta experiencia, pero quizás lo mejor sea haber conocido otras mujeres que han vivido una experiencia similar, apasionadas de la montaña y con ganas de disfrutar de cada momento juntas. Esto incluye a las dieciocho mujeres finalistas con quienes compartimos un increíble fin de semana en Sierra Nevada hace ya un año y con las que seguimos viéndonos y subiendo montañas juntas cuando se nos presenta la posibilidad.
«Tan distintas y complementarias» decís en algunos textos ¿Qué aporta cada una al grupo? (risas, responsabilidad, experiencia, fotos, historias, sensibilidad…)
En el equipo somos muy distintas, desde edades muy diferentes hasta historias de vida que nada tenían que ver entre nosotras antes del Reto. Sin embargo, conseguimos un engranaje perfecto en el que destacaría la energía inagotable de Kica, la seriedad sensible de Sonia y su don para fotografiar los momentos mágicos, la calma de Anna ante cualquier adversidad, la intensidad vital de Laura y los relatos de Yolanda que nos transportan de nuevo a La Patagonia. Las risas…, éramos risas y bromas las cinco, riéndonos de nuestras dificultades y sonriendo a nuestros logros.
Superar una enfermedad, conseguir un reto; salvando las distancias, ¿se busca alguna analogía?
Superar un cáncer no es un objetivo que se pueda trabajar como un reto deportivo. El cáncer se puede superar gracias a la investigación, a tratamientos ya probados en años y a otros novedosos, así como a la gran sanidad que tenemos en España. Durante el cáncer, las y los pacientes pueden aportar su granito de arena con una buena alimentación y ejercicio, pero no está en nuestra mano conseguir dicho objetivo sin la ayuda externa. Es por eso que las cinco no nos sentimos reflejadas con esos términos bélicos de «batallas y guerreras», nos gusta más hablar de cuidados y autocuidados. Sin embargo, también nos une pensar que la vida no se acaba cuando te diagnostican un cáncer y que es, en esos momentos, cuando ponemos todas nuestras fuerzas a disposición de la vida para poder avanzar y recuperarnos. Creemos que los retos deportivos elegidos requieren mucha disciplina y gran fortaleza mental, pero están al alcance de aquellas personas que, con determinación, trabajen para conseguirlo.
NO NOS SENTIMOS REFLEJADAS CON ESOS TÉRMINOS BÉLICOS DE «BATALLAS Y GUERRERAS», NOS GUSTA MÁS HABLAR DE CUIDADOS Y AUTOCUIDADOS
Ver la «finitud a la vida» (como decís en algunos reportajes) hace ver las cosas con otro prisma, ¿no? ¿Cómo cambia la forma de ver la vida?
Cuando sientes que puedes estar al final de tu vida, priorizas y relativizas. El amor, la familia, los amigos… La vida empieza a ir de eso y de disfrutar “esos ratitos que son la felicidad”, como le gusta decir a Kica.
Ahora habéis creado la iniciativa ‘Montañas de vida‘, contadnos sobre este proyecto ¿qué veis que consigue en esas mujeres que se suman?
Montañas de Vida es una forma de devolver esta experiencia e intentar compartir lo que hemos aprendido en la montaña. Hacer comunidad, conseguir objetivos y metas temporales. Y todo ello se puede conseguir muy cerquita de casa, por ahora en nuestra Sierra de Guadarrama (y también ya en Valencia) y no solo con las cinco que coronamos el Gorra Blanca, sino también sumando a aquellas amigas de Sierra Nevada, a alguna gran amiga montañera y a cualquiera que desee sumarse.
EN LAS SALIDAS PREVIAS HEMOS REÍDO, LLORADO Y NOS HEMOS EMOCIONADO AL ALCANZAR CUMBRES JUNTAS, SIN DEJAR A NADIE ATRÁS. HEMOS CONSEGUIDO TRANSFORMAR EL MIEDO EN ESPERANZA
A diferencia del reto, que es más exclusivo, intentamos que este proyecto sea inclusivo y sirva a las mujeres en tratamiento, a las personas que cuidan, a mujeres que ya se están recuperando… En breve haremos la tercera salida mensual, en la que esperamos ser cincuenta personas y con el objetivo a medio plazo de poder llegar a mil mujeres. En las salidas previas hemos reído, llorado y nos hemos emocionado al alcanzar cumbres juntas, sin dejar a nadie atrás. Hemos conseguido transformar el miedo en esperanza, como alguna de ellas nos ha dicho ya y creemos que más que devolver, estamos volviendo a ser afortunadas por recibir muchísimo cariño de todas las participantes.
Exposición ‘Reto Pelayo Vida Patagonia’
¿Qué?
Inauguración de la expo de fotos de la experiencia y charla con las aventureras.
¿Quién?
Las protagonistas del reto: Sonia, Kica, Laura, Anna y Yolanda. Y todo el que quiera venir hasta completar aforo, es gratis.
¿Cúando?
Viernes 19 de abril de 2024 a partir de las 19.30h.
¿Dónde?
En Sputnik Las Rozas
C/ París 2, 28232. Las Rozas.