Nuestra nueva exposición, ‘Todos esos viajes empezaron con una foto’, en Sputnik Chamberí, nace con la idea de recopilar fotografías capaces de generar de una forma casi mágica la necesidad irreprimible de viajar, de escalar, al lugar que aparece en la imagen. Juanma León nos cuenta a continuación cómo la portada de una revista le hizo clic a él en el cerebro hace 30 años y le cambió la vida para siempre.
Empecé a escalar con 14 años, pero fue un año antes cuando el deseo de escalar y descubrir lugares especiales comenzó a inundar mi cabeza. A esa edad yo vivía San Fernando de Henares y, justo enfrente de mi casa, tenía un quiosco de tabaco, chucherías y revistas, con sus faldones repletos de publicaciones de todo tipo. Cada mañana, al ir al colegio, pasaba frente a él y me quedaba hipnotizado mirando una de las portadas, lo único que podía ver porque no tenía dinero para comprarla. Era la revista Desnivel. Ni que decir tiene dónde estuvo mi cabeza durante las cientos de horas que, sentado en mi pupitre, oía de fondo a mi profesora.
Por aquel entonces [1994] no sabía ni lo que significaba escalar, ni sus modalidades, ni el material que necesitaba. No tenía ni idea de nada, pero esas fotografías de las portadas me producían el deseo irresistible de viajar, de descubrir y de escalar en todos esos lugares. ¿Cómo lo iba hacer? Tampoco tenía ni idea, pero tenía claro que lo haría.
Gracias, Mari Carmen
Hoy, más de 30 años después, creo que podría decir que mi “no plan” ha tenido y sigue teniendo éxito. Confieso que el primer paso fue robar aquella revista. Aún la conservo. Fue el nº 101 de Desnivel y en la portada salía Lynn Hill escalando en libre The Nose. Pido disculpas a la regente de aquel quiosco, la señora Mari Carmen, que siempre se portó bien conmigo. Perdón, pero yo necesitaba ver más fotografías de escalada para saciar mi inquietud. Era incapaz de esperar un mes para ver únicamente una fotografía. La velocidad y el apetito iban a otro ritmo.
Ahora, me atrevería a decir que soy escalador [malillo, pero muy escalador] y que he viajado a muchos de esos lugares que veía en la fotografía de portada de aquella revista. Tengo que reconocer que durante este proceso de descubrimiento he sido y sigo siendo muy feliz. La verdad, solo tengo palabras de agradecimiento para las personas que, aunque sin saberlo, son responsables de haberme infectado de toda esa ilusión a través de las fotografías de escalada. Por supuesto, agradecimientos infinitos a la señora Mari Carmen: “Si estás leyendo esto, piensa que gracias a aquellas 600 pesetas cambiaste el rumbo de la vida de una persona y me atrevería decir que para muy bien”. Sin duda estaría dispuesto a devolverte las 600 pesetas con los intereses de 30 años; lo que me aportó aquello no tiene precio.


Lo que nos queda por soñar
Esto que me ocurrió a mí no es algo extraordinario. La fotografía de montaña ha sido siempre fuente de inspiración y motivación para nuestra comunidad. ¿Quién no ha sentido alguna vez la urgente necesidad de viajar después de ver una imagen, sin importar los kilómetros ni las dificultades de acceso? Unos segundos hojeando una revista, echando un vistazo a un blog, escroleando instagram, bastan para hacernos soñar durante un año entero. Un año de preparativos, de planificación, a veces acompañado, otras solo, imaginando cómo será la aventura, cada gesto de la vía.
Y precisamente esto es lo que nos ha empujado a llamar a unas cuantas amistades y pedirles que rebuscaran en sus discos duros en busca de fotos capaces de hacer clic en algún lado desconocido del hipotálamo. Imágenes de zonas emblemáticas de escalada –y de otras menos conocidas–, que nos inviten a saborear los colores de paredes y montañas icónicas, a descubrir sus formas y texturas, a adivinar sus movimientos.
Hemos titulado la exposición de fotos fruto de esta “recolección” Todos esos viajes empezaron con una foto y queremos que también nos haga reflexionar sobre la relación entre el escalador y el entorno, a pensar cómo intervenimos un espacio que ni mucho menos nos pertenece, cómo interactuamos con la naturaleza, el patrimonio cultural, las costumbres locales y las personas que habitan cada región.
Quiero agradecer a mis queridos amigos y excelentes fotógrafos Manu, Aitzi, Javi, Almu, José y Dani que me hayan ayudado a llevar a cabo este proyecto y recordarme la cantidad de viajes que me quedan por soñar. Vuestra forma de mirar es pura inspiración.
Escales o no, a lo mejor hemos sido capaces de generar en ti esa misma ilusión que me empujó a mí a conocer lugares increíbles. Si alguien decide hoy mismo comprar un billete de avión o iniciarse en la escalada que por favor nos lo haga saber. Me va a hacer muy feliz.
Quién hizo las fotos
Juanma León
Comisario y organizador de la exposición. Y escalador, muy escalador. Las fotografías de otros le llevaron a visitar estas paredes que salen en sus fotos. Descubrió la cámara por accidente y la convirtió en su forma de contar al mundo que estar cerca de la naturaleza le hace muy feliz.
Javi Pec
Si eres escalador has visto muchas fotos de Javi, seguro. Porque Javi esta en todos los sitios en los que se escala. Está en las compes, y en los sectores, y en los eventos, en las revistas, en los libros, en las redes sociales de los mejores escaladores. Javi tiene el don de la ubicuidad.
Aitziber Narbaiza
¿Es Aitzi una escaladora que hace fotos o una fotógrafa que escala? No tenemos la respuesta, pero tenemos claro que sus imágenes nos han llevado a mirar con nuevos ojos esos sitios que pensábamos que ya conocíamos. Su fórmula nunca falla. Fotografía a gente a la que quiere en esos paisajes que le fascinan a la hora precisa en la que la luz los hace únicos.
Manu Prats
Leo en un artículo sobre Paolo Sorrentino: “Contemplar los escasos e inconstantes destellos de belleza en situaciones cotidianas, para nada extraordinarias, mirando lo que pasa cuando nada pasa, mientras nos pasa eso, la vida”, y pienso en Manu, en su forma de fotografíar, de mirar y de vivir. Condenado a perseguir la belleza, independientemente de donde haya que buscarla.
Jose Allende Marcos
Pin para los amigos. Asturiano, para ser más preciso Cangués, no sale de su pueblo si no es por causa mayor…, por ejemplo viajar a Madagascar, Patagonia o Islandia a fotografiar. Porque para salir de Asturias tiene que merecer mucho la pena el viaje, ¿no?
Almu Ucha
Almu no se cuelga el título de fotógrafa, porque solo hace fotos los días de descanso, pero cuando coge la cámara tiene la virtud (y la mala leche) de hacer la mejor foto del viaje. Weekend warrior, escaladora de off widths, aventurera y viajera a todo lo que da de sí el calendario.
Dani Castillo
Compró su primera cámara con 15 años para no salir en las fotos, y así hasta hoy. Enreda, cuentacuentos, catacaldos y curioso incorregible, nunca dice que no a una buena charla de sobremesa ni a una nueva aventura de escalada.