Antes de comenzar a entrar en la materia, aclarar que este no es un artículo sobre entrenamiento donde vayas a encontrar consejos para mejorar tu rendimiento en escalada. Nos vamos a centrar en los “aparatejos” que se usan para el entrenamiento, y en concreto en un grupo que podríamos englobar bajo el nombre genérico de “plafón”. Nos referimos a todas las variantes que se pueden poner en una tabla para colgarnos de ella: desde los primeros rudimentarios plafones caseros con madera, a los listones del Campus board, las presas de colores o los juegos de luces de los modernos tablones actuales, que se configuran desde una app móvil.

Aunque, insistimos, no vas a encontrar aquí ejercicios ni recetas mágicas, seguro que el conocimiento de la historia y los objetivos de cada uno de estos inventos te ayuda a entender mejor su funcionamiento. O, al menos, esperamos que los mires con más cariño la próxima vez que vayas a colgarte de uno de ellos.

Los primeros artilugios para entrenar escalada

Es difícil establecer una fecha exacta de invención de los aparatos para escalar, pero suele situarse en torno a los años 70, cuando la escalada deportiva empezó a tomar forma y el entrenamiento dejó de considerarse “hacer trampa”. En esa época los escaladores empezaron a incorporar instrumentos de otras disciplinas, especialmente la gimnasia, para mejorar su rendimiento. Entre los pioneros está John Gill –a quien hemos citado en otros artículos como figura clave del búlder– que ya utilizaba anillas, pesas o cuerdas para preparar sus escaladas.

Incluso sabemos que a principios de los 80, en el famoso Campo 4 de Yosemite –donde se juntaron los que revolucionaron el deporte– había un «área de entrenamiento olímpico», como lo llamaban jocosamente, con barras para hacer dominadas, escaleras, cuerdas… Una clara demostración del cambio de mentalidad. En concreto uno de aquellos personajes, el legendario John Bachar, conocido por llevar las escaladas en solo a otro nivel, compuso una escalera con cuerdas y tubos de PVC que colgó en horizontal, perfecta para imitar los movimientos de escalada. Tuvo tanto éxito su idea que Yvon Chouinard la comercializó bajo su marca con el nombre de Bachar Ladder (escalera Bachar).

Bachar ladder Sputnik
La escalera Bachar te permitía entrenar en la playa y en rockys que, aseguran los expertos, sube grado.


Entrenamiento específico: tabla multipresa y plafón

Viendo lo fuertes que se estaban poniendo los americanos, los europeos no iban a quedarse atrás. A la par que los principios de la escalada deportiva se iban asentando, también fue desarrollándose la nueva ciencia del entrenamiento para la escalada, y en esto en concreto los franceses iban unos pasos por delante. No tardaron mucho en darse cuenta de que el principio de la especificidad era de los más importantes en el entrenamiento; es decir, cuanto más similar sea un ejercicio a la práctica de un deporte concreto, más transferencia tendrá.

Los escaladores empezaron entonces a colgarse de los marcos de las puertas –simulando las ínfimas regletas de la escalada plaquera tan en boga en los ochenta– y a hacer dominadas como si no hubiera un mañana. Pero sí que lo había, y la artrosis de dedos de muchos aquellos escaladores hoy veteranos es la prueba.

Entre los inventos más eficaces de aquella década rompedora destacó la tabla multipresa, atribuida al francés Laurent Jacob, apodado ‘Lolo’ y quien, por cierto, también popularizó el movimiento de “bicicleta” (lolotte en francés, drop knee en inglés) que ha acabado con más de una rodilla.

El uso de la tabla multipresa, que era básicamente una tabla de madera con agujeros de distintos tamaños para colgarse y hacer dominadas, no tardó en extenderse, pues su eficacia quedó comprobada: aquello aumentaba directamente el volumen del antebrazo, el músculo más solicitado en escalada. El siguiente paso era idear otro invento que ayudara a mejorar la resistencia, para lo que tampoco tuvieron que pensar demasiado: cogieron unos tablones de madera y les acoplaron unas presas, que primero eran de madera y después de resina. Había nacido el plafón (del francés plafond), que pronto ocupó su lugar en los garajes de los más fanáticos escaladores ochenteros y fue la semilla desde la que evolucionaron los rocódromos.

Bulderr King Sputnik Climbing
El Boulder King, inaugurado en el 99 en Carabanchel, fue uno de esos primeros rocódromos ultradesplomados donde los fanáticos entrenaban todos los días.


El Campus de Güllich

Aunque su nombre está asociado al “primer 9a del mundo”, el alemán Wolfgang Güllich hizo mucho más que encadenar la icónica Action Directe de Frankenjura. De hecho, se encontraba preparándose para este proyecto, en busca de un método que le fuera útil para los explosivos movimientos sobre agujeros de la vía, muy exigentes para los dedos. Fue así como diseñó un tablón con una inclinación específica al que le pegó unos listones horizontales de madera. Como lo instaló en el gimnasio “Campus Centre” de Núremberg, donde solía ir a entrenar, con ese nombre se quedó el invento.

Campus Sputnik
Wolfgang Güllich, que tenía dos antebrazos como una ristra de morcillas de Burgos, fue el inventor de este tablón que permite trabajar la potencia y velocidad en la escalada.


En realidad Güllich lo que estaba haciendo era aplicar el método de entrenamiento pliométrico–nacido en la URSS en los 60 para desarrollar potencia explosiva– orientado a la escalada. Este tipo de entrenamiento consiste en realizar movimientos explosivos que aprovechan el rebote natural del músculo, pasando rápidamente de estirarse a contraerse, para desarrollar potencia y velocidad. Esto él lo hacía con los brazos y antebrazos, moviéndose de forma dinámica de un listón a otro, y su eficacia también quedó demostrada: en 1991 Güllich encadenó su objetivo, lamentablemente solo un año antes de fallecer en accidente de tráfico, con 31 años.

La oferta se multiplica

Una vez desarrollados estos tres inventos –la tabla multipresa para la fuerza de dedos estática, el plafón para reproducir movimientos y secuencias, y el Campus board para la potencia explosiva– las bases de los aparatos para entrenar escalada ya quedaron bastante definidas. En los siguientes años, –y décadas– se fueron desarrollando nuevas ideas que básicamente han sido evoluciones, refinamientos y variaciones de estos elementos, con más o menos sofisticación.
En los noventa toman el protagonismo los rocódromos, que con el paso de los años se fueron profesionalizando y hoy en día son los centros neurálgicos del entrenamiento, a la vez que un fin en sí mismo, como espacio deportivo, de ocio, de socialización.

Multipresa Sputnik
La multipresa es una tabla –de madera o resina– con agujeros o regletas de distintas profundidades donde puedes ganar fuerza de dedos –o dejarte las yemas–.


En muchos de ellos encontrarás Campus de distintos tamaños, tablas multipresa de mil colores y formas y también modernos plafones. A continuación vemos algunos de los más habituales.

El Moon Board de Ben Moon

Si piensas que el «moon» del característico tablón amarillo que suele estar en muchos de los grandes rocódromos viene de «luna», te equivocas. Eso sí, es probable que su inventor, el británico Ben Moon, jugara con la ambigüedad de su apellido al diseñar el logo en un gran círculo blanco muy lunático. Ben fue una figura clave en el desarrollo de la escalada en los 80 y 90 (el primero en encadenar un 8c+ consensuado, Hubble, en 1990, hoy considerado por muchos el “verdadero” primer 9a…). Ya era un escalador veterano cuando, en 2002, lanzó su firma (que también cuenta con ropa, crash pads y otros accesorios) y presentó su invento.

El Moon Board es un tablón que se puede montar con una inclinación de entre 20 y 40º (estática), que presenta una selección concreta de presas, dispuestas siempre con el mismo patrón. Lo revolucionario de su idea no fue el tablón en sí, sino la estandarización: cualquier persona podía montar uno idéntico en un rocódromo o en su garaje y, por primera vez, todo el mundo podía entrenar y probar los mismos bloques sin estar en el mismo lugar, conectados en una gran “comunidad virtual”. Tiene también la posibilidad de instalar un sistema de LEDs, que funciona junto a la app, para configurar, seleccionar y apuntarte los bloques.

La comunidad del Kilter Board

Este invento vino algo después, hacia 2010, y también se basa en la idea de comunidad, aunque con nuevas posibilidades. Su creador fue el norteamericano Ian Powell, un referente en el sector del diseño y fabricación de presas de escalada. La Kilter es un panel de entrenamiento estandarizado que funciona junto a una app, conectando a escaladores de todo el mundo. Está equipada con presas que se iluminan mediante un sistema de luces LED y permite elegir problemas de búlder según su grado, diseñados por usuarios de la propia comunidad, además de por route-setters profesionales. También permite registrar ascensos, guardar proyectos y ver el progreso.

Kilter board Sputnik
En la Kilter Board puedes cambiar la inclinación del plafón, lo que permite que iniciados y experimentados puedan compartir el mismo espacio de escalada.


Entre sus ventajas está su versatilidad, pudiéndose cambiar la inclinación entre los 0º a los cerca de 70º y dispone de diferentes tamaños y configuraciones de agarres. Además, las presas tienen códigos de color que indican el uso (verde para las manos; amarillo para pies; azules para ambos y el violeta para marcar el top). Las presas son muy variadas y ergonómicas lo que, junto a la posibilidad de cambiar de ángulo, hace que sea una herramienta muy útil tanto para principiantes como para escaladores expertos que quieran entrenar fuerza, potencia, resistencia… en un formato replicable en cualquier parte.

Como curiosidad, Kilter en inglés significa literalmente “alineación, equilibrio…”, si bien no es una palabra habitual en la jerga de escalada.

La Tension Board, en madera

Unos años después, en 2015, los estadounidenses Will Anglin y Ben Spannuth, buscando un material más natural que el habitual plástico de las presas, propusieron este nuevo plafón que en cierto modo vuelve a los orígenes. Sus presas están fabricadas en madera (o algunas en poliuretano), con variedad de agarres como arqueos, pinzas, romos… Y, sobre todo, su característica diferencial es que están dispuestas en modo espejo. Es decir, a partir de la línea imaginaria del centro, las presas se distribuyen a un lado y a otro de forma similar, como si una fuera un reflejo de la otra. Esto hace que puedas hacer un bloque en un lado (empezando con una mano) y después repetirlo igual pero al otro lado (con la mano contraria), entrenando así de forma equilibrada ambos lados del cuerpo. También tiene una app y LEDs que iluminan las presas para configurar los bloques, aunque la comunidad no está tan extendida como la Kilter.

En general, por la textura de las presas y su configuración, ofrece movimientos que precisan de una gran tensión corporal, y de ahí su nombre.

Muchas o pocas luces

Las mencionadas son las más conocidas, pero no son las únicas. Entre otras disponibles en el mercado está la Grasshopper Board, que igualmente ofrece mucha versatilidad, o la Lattice Training Board, un sistema para montártelo en casa. Esto sin entrar en el mundo de las tablas multipresa, que es inmenso.

Hoy en día tenemos apps, LED, rankings y miles de bloques compartidos globalmente. Es alucinante. Pero piensa que tus tendones y tus poleas no son un algoritmo. No copies el entreno que ves en el vídeo de Janja Garnbret ni imites al pro de tu roco que hace campus triple sin pies. Cada cuerpo necesita cargas personalizadas, progresión, descanso, variabilidad y escucha. Y, sobre todo: si no vas a divertirte colgándote de las presas, persiguiendo luces o subiendo el listón… ¿para qué entrenas?

Qué artilugios de escalada puedes encontrar en Sputnik

Sputnik Las Rozas
En la zona de entrenamiento, en la planta baja, encontrarás un Kilter Board, Moon Board y Tension Board, además de tablas multipresas y un campus.

Sputnik Alcobendas
En la sala de boulder de Alcobendas también puedes hacer entrenamiento específico con el Moon Board, campus y las tablas multipresas.

Sputnik Legazpi
Este centro cuenta no con una sino con ¡dos Kilter Board!, además de una zona provista de tablas multipresas.

Sputnik Chamberí
Situado en el corazón de Madrid, Chamberí cuenta con una Kilter Board, un campus y diversas tablas multipresas.

Sputnik Berango
En nuestro centro del norte encontrarás un Kilter Board, un campus y tablas multipresas.

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