La primera repetición de Delincuente natural (9b), en Rodellar, tardó trece años en llegar. La hizo Jonathan Flor el verano pasado y decidió decotar la vía de Dani Andrada a 9a. Pero hay un dato importante: Jonathan usó rodilleras; Daniel, no. Indaguemos en el posible origen de este artilugio capaz de bajar una letra a un noveno sin repetición, veamos cómo ha cambiado el rumbo de la escalada de dificultad en según qué terrenos y algunas cuestiones interesantes sobre este “nuevo” material.

Las rodilleras no son ninguna novedad en el mundo de la escalada. Muchos recordarán la portada del libro de George Meyers, Escaladas en Yosemite: un tipo escala con unas rodilleras de portero de fútbol, quizás de balonmano. No es exactamente de lo que hablamos ahora, porque en la imagen el sujeto está subido a sus estribos (escalada artificial) y en esta disciplina protegerse las rodillas es algo importante, y habitual, para no acabar desollado en los pasos de cigüeña. Nosotros buscamos el origen de las “rodilleras” para resolver pasos en libre o prevenir escarificaciones al usar los muslos como palanca para reposar o, al menos, para descargar algo de peso, ser capaces de progresar sobre presas malas o convertir dinámicos y lanzamientos en pasos estáticos.

Historia

No está nada claro en dónde ni quién fue el primero en protegerse los muslos para escalar. A finales de los 80 aparecieron en las revistas de montaña algunas fotos de escaladores, como John Bachar y Todd Skinner, usando rudimentarias rodilleras, y la revista Desnivel (número 38, 1988), en un perfil sobre Wolfgang Güllich, mostraba una foto del legendario escalador alemán resolviendo Gunfighter (8a) en Hueco Tanks (Texas, EE.UU) con una protección de ¿neopreno?

Wolfgang Güllich con rodillera a finales de los años 80. Revista Desnivel nº 38.
Wolfgang Güllich con rodillera a finales de los años 80. Revista Desnivel nº 38.

 

El Climbing dictionary de la editorial estadounidense The Mountaineers Books nombra Jailhouse Rock (California) y Cave Rock (Nevada) como los lugares donde se usaron las rodilleras por primera vez. Y es posible que en otras zonas norteamericanas con paredes morfológicamente parecidas (con estructuras 3D, salientes, filos…), como American Fork (Utah), también se usaran puntualmente.

En Climbing dictionary leemos que los escaladores de los 80 copiaron, y perfeccionaron, la técnica que usaban desde hacía años los escaladores de libre en Yosemite para no acabar despellejados en chimeneas estrechas y bavaresas.

Está documentado que a principios los noventa, Troy Corliss (un californiano escalador, pintor y escultor) cosió unos parches de goma a la altura de las rodillas de unos pantalones de béisbol. Pero es posible que se adelantara Tom Herbert (un escalador que pasó su adolescencia en el Campo 4 de Yosemite en plena Era Dorada del Valle), ya que en 1989 pegó goma Stealth (la tradicionalmente usada por Five Ten) a una rodillera de neopreno y extendió el uso del artilugio entre los escaladores de Jailhouse. Las primeras rodilleras “comerciales” surgen en Estados Unidos en los años 90. Se trataba de productos artesanales dirigidos a un público muy local.

Nueva técnica, nuevo grado

La progresiva incorporación de las rodilleras y su técnica a cada vez más tipos de escalada ha cambiado incluso la dificultad de muchas rutas. En nuestro país una de las más sonadas fue la que hemos citado al principio: Delincuente natural, un 9b de Dani Andrada que, después de trece años sin repetición, se decotó una letra tras su encadenamiento usando rodilleras.

Aprovechando que Dani pasa a menudo por Sputnik para equipar, le preguntamos por esta cuestión, y esto nos dijo: “Desde que se usan las rodilleras y la gente ha aprendido a empotrar –porque esto también hay que tenerlo en cuenta: la técnica es importante, no es fácil, hacen falta años de práctica–, ha cambiado la forma de escalar algunas vías. Las rutas modernas que se están graduando con rodilleras están bien cotadas, y en las antiguas de estilos concretos, como el de Rodellar, de columnas, con ángulos planos (aunque, ojo, que se usan en muchos más sitios, no solo en chorreras) se están encontrando trucos de rodilla y, lo más importante, reposos. Imagina el cambio de una vía en la que antes apenas se podía reposar y ahora hay seis descansos en los que sueltas las manos…, pues le rompes toda la resistencia y la dificultad. Pero eso forma parte de la evolución de la escalada y hay que aceptarlo. Es lo que hay. La parte que no me gusta: la falta de honestidad. Se están repitiendo vías antiguas, se decotan y no se dice que se han usado rodilleras. Lo que está claro es que cuando se encuentra una rodilla en una vía, cambia la dificultad, y si sueltas manos ya ni te cuento, ¡más se debería decotar, la verdad! Yo siempre he empotrado, toda mi vida, pero con vaqueros, y no es lo mismo (te duele, se resbalan…) que usar rodilleras y quedarte cinco, diez… minutos descansando”.

Dani Andrada escala con rodillera.
Dani Andrada escala con rodillera.

 

Edu Marín piensa lo mismo: “Cuando escalo con rodillera, hago una ruta diferente porque los movimientos son diferentes y hay puntos de descanso que no son posibles sin rodillera”, decía en sus redes. Aunque no siempre es así; por ejemplo, la belga Anak Verhoeven encadenó Esclatamasters (9a), en Perles (Lérida) el pasado enero, con y sin rodilleras (y dejando una hora de descanso entre las dos escaladas) y acabó diciendo que la dificultad era la misma.

9c con rodilleras

Una de las dos vías más duras del mundo (Silence, en Flatanger, Noruega), y el primer 9c de la historia, se escaló con rodilleras, una en cada pierna. Su autor, Adam Ondra, en su web, cuenta la historia de cómo llegó a las rodilleras. De niño y muy joven solo escalaba en pantalón corto, sin ninguna protección y llegaba a frotarse la piel de los muslos con papel de lija para que se hiciera callo. “A veces me lijaba las rodillas durante días antes del viaje para llegar ya preparado. Esto lo hice en First round first minute [9b, Margalef, 2014]. Mi vieja rodillera casera no funcionaba en el kneebar de la vía y con la piel desnuda tampoco conseguía la fricción suficiente, así que al final encadené la ruta en vaqueros, metiendo justo antes del pegue un trozo de papel higiénico húmedo entre la piel y la tela y fue muy bien”.

Años después, Adam descubrió, sobre todo en pasos de bloque, que las rodilleras eran buenas aliadas y que le permitían estar más tiempo en los reposos.

Adam Ondra reposa en Silence, el primer 9c.
Adam Ondra reposa en Silence, el primer 9c.

 

Su función

Hay quien considera que escalar con rodilleras es un añadido demasiado artificial para la escalada. También hay quien opina lo mismo del magnesio, los guantes de fisura y hasta de los pies de gato. En cualquier caso, las rodilleras están aquí para quedarse y aprender a usar la técnica de kneebar (empotramiento de rodilla) es fundamental ahora en la altísima dificultad y muchos movimientos han cambiado: lanzamientos que se convierten en pasos estáticos, zonas de reposo donde antes no se podía parar…

Se han quedado con el nombre de rodilleras, aunque en realidad no protegen la rodilla (si acaso un poco la parte superior), sino los muslos, que es la parte del cuerpo que se presiona contra la roca cuando se realiza esta técnica. Su función es doble: por un lado evitar el dolor y, por otro, ganar efectividad en el movimiento o en el reposo gracias a la mejora de la adherencia.

Ya existen muchos modelos en el mercado, con distintos grosores (más grosor = menos sensibilidad; menos grosor = menos protección) y distintas formas de sujeción. Es importante que el interior cumpla una serie de requisitos: que transpire algo (dentro de lo posible), que no resbale con el sudor y que se adhiera bien tanto a la pierda como al pantalón.

Rubén Pagán y las rodilleras BlakPad

La idea de la rodillera Blakpad nace en 2019 y como concepto de marca en 2020. «Echábamos de menos en el mercado un modelo más duradero y a la vez técnico”, nos explica Rubén Pagán, un joven empresario alicantino, y también escalador, que emprendió esta aventura junto con su familia. “Soy nuevo en este mundo, mi experiencia viene de la ciencia del empotre. Soy escalador y necesitaba crear una rodillera con las características de Blakpad.

Rubén, creador de las rodilleras Blakpad, prueba su modelo.
Rubén, creador de las rodilleras Blakpad, prueba su modelo.

 

¿Y dónde fabricáis?
En Elda-Petrer. De estos dos pueblos que están unidos han salido algunos de los mejores atletas de escalada de nuestro país. Como es un pueblo con mucha tradición en las fábricas de calzado, tenemos a nuestro alcance materiales, mano de obra y conocimiento de la confección.

¿Cuánto tiempo trabajasteis en el diseño?
Dos años de diseño de varios prototipos hasta que decidí apostar por uno en concreto y, a base de ensayo y error, apareció el primer modelo de rodillera Blakpad.

Tenéis un solo modelo, ¿estáis pensando en otros?
Estamos trabajando ya en ello. ¡Como Steve Jobs!, que empezó con el iPhone 1 teniendo en mente el desarrollo del iPhone 5. En continuo movimiento, siempre intentando desarrollar algo mejor si cabe.

¿Hicisteis muchos prototipos?
Casi cien. El trabajo de I+D fue duro hasta que dimos con el primer modelo definitivo.

¿Tuvisteis asesoramiento de otros escaladores o solo te guiaste por la experiencia personal?
Cabe decir que el 90 por ciento del diseño es mío, el aporte de ese otro 10 por ciento pertenece a la comunidad de escaladores de la que formo parte. Tengo que decir que todo el que probaba la rodillera al principio se sentía raro (ya que tenía un “ente” agarrado a su pierna) pero cuando metían el primer empotre en las vías que previamente habían escalado con otras rodilleras del mercado, quedaban gratamente sorprendidos con las prestaciones de Blakpad. El feedback fue muy positivo, con pocas críticas.

¿Los elementos de la rodillera?
Las Blakpad constan de un elástico de alta intensidad (que es la base de la rodillera) y abraza la pierna dos veces pasando por una hebilla diseñada por nosotros mismos que hace que el elástico comprima la pierna y se ajuste ergonómicamente; cierre de velcro y contravelcro (para mayor ajuste y sujeción de la pala de la rodillera) que trabajan contrapuestos alargando así la vida del cierre; goma Vibram de dos grosores (2,2 mm y 3,5 mm), y un antideslizante en la parte trasera.

¿Cuál crees que es la clave de una buena rodillera: el ajuste, tamaño, goma, grosor…?
Lo más importante y la clave para que una rodillera trabaje óptimamente es que no se deslice por la pierna al ejercer presión sobre ella. También es importante que el ajuste sea cómodo, fácil de poner y quitar (más tensión equivale a más sujeción / menos tensión equivale a más comodidad). Por supuesto, una buena goma que nos dé el grip necesario y un material antideslizante en la parte trasera para no perder en ningún momento la adherencia. Los materiales de alta calidad son indispensables para aportar rendimiento y durabilidad.

[Si quieres probar las rodilleras Blakpad, tanto en Sputnik Alcobendas como en Sputnik Las Rozas puedes pedirlas prestadas para escalar bloques y vías que los equipadores han diseñado precisamente para resolver con esta técnica]

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