¿No sabes qué hacer cuando tienes una lesión? En realidad es una pregunta compleja a la que aún la ciencia no ha dado una respuesta clara. En Sputnik Salud intentamos dar respuesta a esta pregunta: analizamos la respuesta del cuerpo ante una lesión e indagamos cuáles son los efectos de la aplicación de frío (crioterapia) y calor (termoterapia) en el organismo. Saber esto nos ayudará a decidir qué es lo mejor en cada momento.

Ante una lesión aguda (esguince, rotura fibrilar, rotura de polea…) el cuerpo pone en marcha una serie de procesos naturales para recuperar dicha lesión. Estos procesos se pueden dividir en tres fases, cada una de las cuales durará un tiempo determinado según el grado de la lesión y el tipo de tejido afectado:

  • Fase inflamatoria: tiene como finalidad proteger al organismo y eliminar los agentes nocivos, preparando la zona para la reparación tisular (reparación de los tejidos). Cuando esos agentes nocivos –como puedan ser sustancias como la hemorragia causada–, no se consiguen eliminar, rápidamente se produce el edema, es decir, inflamación por acumulación de líquidos en los tejidos.
  • Fase de cicatrización: su objetivo es la reparación inicial (cicatriz) y la regeneración. En esta fase hay que intentar que se produzca más regeneración que cicatrización.
  • Fase de remodelación: se superpone a la fase anterior y tiene como objetivo remodelar la cicatriz que se ha formado para hacerla lo más funcional posible.

Cada una de estas fases es fundamental para que se produzca una óptima recuperación del tejido lesionado, por lo tanto la lógica dice que hay que permitir y favorecer que se den todas ellas.

Si hablamos de una lesión por sobrecarga muscular o espasmo muscular (contractura), lo que sucede es que el tono muscular se incrementa (aumenta su rigidez), produciéndose una zona de isquemia (disminución del riego sanguíneo) en dichas fibras musculares y, por lo tanto, dolor.

Frío y calor: ¿cómo afectan?

Una vez conocemos las fases por las que pasa una lesión, vamos a ver cuáles son los efectos del frío y el calor en el organismo para poder influir en dichas fases [1]:

Frío Calor
Dolor Disminuye Disminuye
Espasmo muscular Disminuye Disminuye
Metabolismo Disminuye Aumenta
Flujo sanguíneo Disminuye Aumenta
Inflamación Disminuye Aumenta
Edema Disminuye Aumenta
Extensibilidad Disminuye Aumenta

 

Como se observa en la tabla, tanto el frío como el calor disminuyen el dolor y el espasmo muscular; sin embargo, en cuanto al metabolismo, el flujo sanguíneo, la inflamación, el edema y la extensibilidad de los tejidos, tienen efectos opuestos: el frío los disminuye y el calor los aumenta.

Conociendo cómo responde el cuerpo ante una lesión aguda y los efectos del frío y el calor sobre el organismo, parece lógico pensar que ante una lesión aguda utilicemos el frío y ante una lesión por sobrecarga muscular se aplique calor, pero esto es un poco más complejo…

Edema y hemorragia
El frío ayuda a disminuir tanto el edema como la hemorragia.

 

¿Es bueno evitar la inflamación?

¿A quién no le han dicho, al hacerse un esguince, que se pusiera hielo? Una de las razones por las que se recomienda el uso de frío tras una lesión es porque retrasa la lesión secundaria que se produce por la inflamación . Esta lesión secundaria produce un estado de isquemia en la zona de lesión provocada por la hemorragia de los vasos sanguíneos dañados, la hemostasia –mecanismos que previenen la hemorragia– de la cascada de la coagulación, la reducción del flujo sanguíneo por el aumento de la viscosidad sanguínea inducido por la inflamación y el aumento de la presión extravascular por la expansión del hematoma y el espasmo muscular [2].

Según esto, parece lógico ponerse frío tras una lesión, pero seguro que últimamente has escuchado que el frío no es bueno, que hay que dejar que la inflamación se produzca. Esto es debido a que la inflamación da como resultado la reparación estructural y funcional de los tejidos dañados [3 y 4]. De hecho se ha demostrado que obstaculizar el proceso inflamatorio es perjudicial para la recuperación muscular [3 y 5]. Por lo tanto, la fase inflamatoria debe ocurrir por completo antes de que pueda producirse la resolución de la inflamación e iniciar la fase de restauración, como así proponen estos autores [3].

Entonces, ¿qué hacemos?

Es una pregunta a la que aún no se le ha dado una respuesta clara… Como se ha visto, la inflamación es tanto beneficiosa como perjudicial para la recuperación de la lesión [3 y 4]; por lo tanto, ¿qué hacemos? ¿la eliminamos o la dejamos?. La práctica general ha sido reducir la inflamación, pero lo que se debería hacer más bien es modular esa inflamación, aunque aún hay mucho camino por delante para saber cómo hacerlo [5].

En la revisión de María L. Urso [5] se sugiere que durante la etapa inicial de una lesión aguda, las intervenciones para modular la inflamación pueden facilitar la curación, pero el momento de estas intervenciones parece ser de suma importancia. Asimismo, otros autores recomiendan la crioterapia intermitente hasta las 12-24 horas post-lesión para mitigar el daño secundario debido a la lesión [6].

En resumen, ante una lesión aguda recomendamos el uso del frío durante las primeras 12-24 horas de manera intermitente (15 minutos cada 2 horas) con el objetivo de modular la inflamación.

Por otro lado, se ha demostrado que para dolores agudos de la zona lumbar (lumbalgias) y para dolores musculares (contracturas) la termoterapia es la modalidad de elección . Aún así se necesitan estudios de mayor calidad sobre los efectos del frío y el calor en la recuperación de lesiones musculo-esqueléticas agudas [7].

Baños de contrastes
Baños de contrastes, cada cual tiene su método.

 

Los baños de contrastes

Y en el caso de que haya edema tras haber tenido una lesión, ¿qué podemos hacer?

Al igual que antes nos vamos a beneficiar de las características que nos aportan el frio y el calor, pero esta vez lo haremos utilizando los dos a través del método de baños de contrastes. Los baños de contraste son un método donde se realizan inmersiones repetidas de una extremidad en agua caliente y en agua fría alternativamente. Estas inmersiones repetidas nos provocan vasoconstricción (agua fría) y vasodilatación (agua caliente), lo que generará un efecto de bombeo vascular, es decir, aumentará el flujo sanguíneo haciendo que llegue a los tejidos más oxígeno y nutrientes, además, facilitará la eliminación de sustancias de desecho [8]

El método de aplicación de los baños de contraste varía mucho en función de la zona, la temperatura o incluso si primero frío o calor [9]. El protocolo más reportado por la literatura científica es una inmersión inicial de 10 minutos en agua caliente seguido de una inmersión de 1 minuto en agua fría y después ir alternando 4 minutos de agua caliente y 1 minuto de agua fría (ratio 4:1) hasta completar 30 minutos; otros métodos descritos no incluyen la inmersión inicial de 10 minutos en agua caliente, y el tiempo sugerido para el agua caliente son 3-4 minutos y para el agua fría es 1 minuto (ratio 4-3:1) [10].

Desde Sputnik Salud recomendamos comenzar con una inmersión de 30’’ en agua fría seguida de una inmersión de 1’30’’ en agua caliente, y así alternativamente hasta completar un total de 15 minutos siendo la última inmersión en agua fría. Este es el protocolo que llevamos utilizando desde hace años y nos ha dado muy buenos resultados.

  1. Nadler, S., 2004. The Physiologic Basis and Clinical Applications of Cryotherapyand Thermotherapy for the Pain Practitioner. July 2004, 3;7(7;3), pp.395-399.
  2. Merrick M. A. (2002). Secondary injury after musculoskeletal trauma: a review and update. Journal of athletic training, 37(2), 209–217.
  3. Chazaud B. Inflammation and Skeletal Muscle Regeneration: Leave It to the Macrophages! Trends Immunol. 2020 Jun;41(6):481-492. doi: 10.1016/j.it.2020.04.006. Epub 2020 Apr 30. PMID: 32362490.
  4. Tidball JG. Inflammatory processes in muscle injury and repair. Am J Physiol Regul Integr Comp Physiol. 2005 Feb;288(2):R345-53. doi: 10.1152/ajpregu.00454.2004. PMID: 15637171.
  5. Urso ML. Anti-inflammatory interventions and skeletal muscle injury: benefit or detriment? J Appl Physiol (1985). 2013 Sep;115(6):920-8. doi: 10.1152/japplphysiol.00036.2013. Epub 2013 Mar 28. PMID: 23539314.
  6. Kwiecien, Susan & McHugh, Malachy. (2021). The cold truth: the role of cryotherapy in the treatment of injury and recovery from exercise. European Journal of Applied Physiology. 121. 10.1007/s00421-021-04683-8.
  7. Malanga GA, Yan N, Stark J. Mechanisms and efficacy of heat and cold therapies for musculoskeletal injury. Postgrad Med. 2015 Jan;127(1):57-65. doi: 10.1080/00325481.2015.992719. Epub 2014 Dec 15. PMID: 25526231.
  8. Cochrane DJ. Inmersión alternada en agua fría y caliente para la recuperación del atleta: una revisión. Fisioterapia Deporte. 2004;5(1):26–32.
  9. JJanssen RG, Schwartz DA, Velleman PF. A randomized controlled study of contrast baths on patients with carpal tunnel syndrome. J Hand Ther. 2009; 22(3):200–207
  10. Breger Stanton D,Lazaro R, MacDermid JA. Systemic review of the effectiveness of contrast baths. J Hand Ther. 2009; 22(1):57–70.

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