Elegir unos pies de gato puede parecer fácil… hasta que entras en una tienda y te encuentras con un montón de modelos muy diferentes entre sí: blandos, duros, con velcro, con cordones, curvados, simétricos, con más o menos goma… ¿Cuál escoger? En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber para no perder pie y acertar con el gato que mejor se adapte a ti y a tus necesidades.
Un poco de historia: de la alpargata a la súper especialización
La historia del pie de gato es relativamente reciente, y responde a la búsqueda del equilibrio entre adherencia, sensibilidad y rigidez. A principios del siglo XX, cuando las botas rígidas de alta montaña dominaban la escena, los escaladores comenzaron a darse cuenta de que aquel calzado no respondía a sus necesidades. En lugares como las Dolomitas o las Calanques de Marsella empezaron las primeras pruebas con zapatillas ligeras —e incluso con calcetines— en busca de un contacto más directo con la roca. Luego llegaron los experimentos con lino, cáñamo o fieltro; materiales flexibles y adherentes, capaces de transmitir la presión del pie a la roca.

La primera gran revolución llegó con dos nombres clave: Pierre Allain en Francia y Vitale Bramani en Italia. Ambos escaladores e inventores desarrollaron a finales de los años treinta y cuarenta sus propios prototipos con suela de caucho. Allain apostó por una suela flexible y lisa, más sensible, mientras Bramani ideó una suela rígida y con relieve, destinada al alpinismo. De sus talleres nacieron los célebres PA, después conocidos como EB (por el maestro zapatero Édouard Bourdonneau), y las suelas Vibram, que pronto se convertirían en sinónimo de agarre en montaña. En España se incorporaron a modelos como las «cletas», unas botas te tela flexible con suela de goma.
Fue precisamente en España donde, a finales de los setenta, se dio un salto decisivo con la introducción de la goma cocida (que en un inicio sacaban del interior de los neumáticos de avión), incorporada comercialmente casi simultáneamente por la firma madrileña Calma y la alicantina Boreal. Fue esta última quien consiguió dar el salto internacional con su icónico modelo Fire (bautizado en honor al mallo Fire de Riglos) que usaron leyendas como John Bachar en Yosemite o Wolfgang Güllich en Frankenjura. La adherencia de su suela cambió para siempre la escalada, situando a Boreal al frente del mercado internacional durante los años ochenta y noventa.

A partir de los noventa, los pies de gato se diversificaron hasta el extremo. Surgieron modelos específicos para cada disciplina y las marcas comenzaron a experimentar con gomas más elásticas, sistemas de tensión interna y hormas cada vez más anatómicas.
Hoy en día cada detalle se ha refinado hasta el punto que puede resultar abrumador elegir un modelo, pero no te preocupes, aquí te vamos a dar algunas claves para que aciertes en tu elección.
Elección del pie de gato según el tipo de escalada
Como ya hemos visto en otros artículos sobre los tipos de escalada, dentro de la escalada existen distintas disciplinas, que exigen requisitos diferentes. Como era de esperar, para cada una encontramos un tipo de gato más apropiado.
Pies de gato para búlder
En bloque, los pies de gato deben ofrecer máxima sensibilidad y adherencia, ya que los pasos suelen ser cortos, explosivos y técnicos. Se prioriza el contacto total con la roca o el volumen, por lo que predominan los modelos blandos, con goma envolvente para los habituales taloneos y gancheos (movimientos apoyando el talón o la punta del pie) que exige esta disciplina. Como haciendo bulder te quitas y pones los pies de gato con mucha frecuencia, se suele preferir el cierre de velcro, que resulta más rápido de poner/quitar y ajusta que los cordones.
Ejemplos que responden a estas características son modelos como los Skwama de la Sportiva, los Drago de Scarpa, los Satori de Boreal, los Mundaka de Tenaya o los Phantom de Evolv, entre otros.

Pies de gato para escalada deportiva
Aquí la clave está en el equilibrio entre precisión y rigidez. Se busca un gato algo más estructurado, con una horma ligeramente curvada para concentrar la fuerza en la puntera. Ofrecen buena sujeción en regletas y microcantos, sin sacrificar demasiado la comodidad. Se suele preferir el cierre de cordones, o bien de velcro con algún sistema de tensión interna que lo complemente. El tipo de roca y de escalada sobre el que vayamos a usar los pies de gato también determinará la elección, con una mayor necesidad de rigidez en las vías verticales sobre cantos pequeños, y más flexibilidad para desplomes y techos.
Ejemplos: los modelos Katana de La Sportiva, los Instinct VS de Scarpa, los Indalo de Tenaya, Dharma de Boreal, Shadow de Black Diamond o Unkai de Garra, entre otros.
Pies de gato para rocódromo
Para entrenar, interesa un pie de gato que sea más cómodo, transpirable y duradero. Hay algunos modelos que incorporan suelas de gomas específicas para resina, que no dejan marca en las presas. Dentro del rocódromo, también has de diferenciar si te vas a dedicar a hacer sólo boulder (para lo que necesitarás los mismos requisitos que el bloque en roca, más goma, blando…) o vías verticales con cantos más pequeños (más rígido para mayor precisión).
Ejemplos: los Theory de La Sportiva, los Ninja de Boreal, los Veloce de Scarpa, los Edge de Simond, los Defy de Evolv o los Momentum de Black Diamond, entre otros.

Pies de gato para escalada de competición
Siguiendo la tendencia de la cada vez más marcada especialización en las distintas disciplinas, las marcas ofrecen también modelos para cumplir los requisitos de las competiciones: puntera curva y rigidez para una máxima precisión para los pasos técnicos y a la vez adaptabilidad a los volúmenes y presas, con goma que recubra gran parte del gato. Incluso encontramos también modelos específicamente diseñados para la competición de velocidad, hechos con los materiales más ligeros sin que pierda su consistencia.
Ejemplos de estas tendencias son los Booster de Scarpa, los Solution Comp de La Sportiva o, de esta misma marca, los Cobra 4.99 para velocidad (nombre que alude al ansiado objetivo de bajar de los 5 segundos en el muro de velocidad, si bien hoy en día el récord ya está en 4,64 segundos), entre otros.
Pies de gato para vías de varios largos
En la escalada en paredes lo que prima es la comodidad, ya que hay que llevar los pies de gato puestos durante muchas horas. Las hormas de estos modelos son simétricas y planas, y los materiales, más transpirables y elásticos, que permitan transpirar el pie. Como cierre, encontramos tanto de velcro como de cordones, aunque este último sistema tiende a mantener mejor el ajuste en una jornada larga.
Ejemplos: Mythos o TC Pro de La Sportiva, Alpha de Boreal, Quantum de Five Ten, Masai de Tenaya o Kokoro de Garra, entre otros.

Pies de gato para fisuras
En este terreno, la prioridad es proteger el pie de la torsión a la que le sometes cuando lo instroduces en la fisura, por lo que necesitamos una cierta rigidez, pero que a la vez no pierda la sensibilidad de la suela. Los modelos para fisuras suelen tener punteras reforzadas y protección en el tobillo para soportar los empotramientos.
Ejemplos: Utah de Tulson Tolf, TC Pro de La Sportiva, Aspect de Black Diamond o Maestro de Scarpa.
Características a tener en cuenta
Hay pies de gato más especializados en una sola disciplina, y otros más versátiles, que nos pueden servir para un uso polivalente. En cualquier caso, analizar las características de los pies de gato nos va a ayudar a decantarnos por uno u otro modelo, en función de nuestras preferencias.
Materiales: piel o tejido sintético
Encontramos modelos con la parte superior fabricada bien en piel o bien en materiales sintéticos. Los primeros suelen ser más transpirables, se adaptan bien al pie y pueden ceder algo más con el uso. Los sintéticos, por el contrario, mantienen mejor su forma y talla, no ceden tanto y requieren menos “domarlos” al principio. También hay que valorar si llevan o no un forro interior. En caso de ser de piel y no llevar forro, es muy probable que destiña con el sudor y acabemos con el pie tintado del color del pie de gato.
Cierre: cordones, velcro o tipo bailarina
Los que llevan cordones suelen ofrecer un ajuste más fino y personalizado, ideales para escalada deportiva o clásica. Los de cierre de velcro son cómodos y rápidos de quitar, perfectos para búlder o rocódromo. Muchos llevan sistemas de tensión interna por medio de gomas que logran que el ajuste sea aún más preciso.
También existen modelos tipo “bailarina”, que no llevan cordones ni velcro, que se introduce a modo de calcetín, priorizando la rapidez y la comodidad, aunque ofrecen un ajuste menos eficaz.
Rigidez y flexibilidad
Los pies de gato que son más blandos ofrecen mayor sensibilidad, resultando más recomendables para desplomes, techos o pasos de adherencia en los que tenemos que apoyar más superficie del pie.
Por su parte, los que son más duros brindan mejor soporte en microregletas y los agujeros o cantos pequeños que solemos encontrar en las vías técnicas, verticales o con un desplome ligero.

Forma (horma)
Las hormas rectas o simétricas ofrecen comodidad y apoyo repartido por lo que son las escogidas para las vías largas o con más inclinación.
Mientras que las que son asimétricas y tienen una curvatura más agresiva, concentran la fuerza en la punta, ganando precisión en las presas pequeñas.
Modelo masculino o femenino
Los modelos ideados para el pie femenino suelen tener una horma más estrecha, mientras que los masculinos tienden a ser más anchos. También hay modelos femeninos que presentan una estructura más blanda y adaptable. En este caso, la elección no va a depender tanto de tu sexo, sino de la forma de tu pie.
Tu primer pie de gato
Si estás dando tus primeros pasos en el mundo vertical, lo más importante es la comodidad y la versatilidad. Evita modelos extremadamente curvados o rígidos: te limitarán y te harán sufrir innecesariamente.
Busca una horma plana o ligeramente asimétrica, un cierre de velcro o cordones según tu preferencia, material transpirable y un precio razonable, porque el primer par suele ser de transición: pronto descubrirás qué te funciona mejor.
Algunos modelos ideales para iniciación son el Beta de Boreal, Tanta de Tenaya, Tarantula de La Sportiva, Rock+ de Simond o Kamae de Garra, entre otros.

Acertar con la talla, ¿misión imposible?
La talla en los pies de gato es toda una ciencia. Habitualmente se aconseja utilizar uno o dos números por debajo de tu zapato de calle, pero la realidad es que cada fabricante talla diferente. Hay marcas en las que has de escoger el mismo número que lleves habitualmente, así que no queda otra: para acertar es fundamental probártelo.
Deben ajustarse bien a tu pie, sin que queden espacios o se formen pliegues, pero que no te produzca dolor. Los dedos pueden quedar ligeramente doblados, pero sin clavarse. Un truco es probarse los pies de gato al final del día, cuando el pie está algo más hinchado, para asegurarte de que no te queden demasiado apretados.
La importancia de la goma
La goma de la suela es un factor fundamental pues va a determinar en gran medida el agarre, la durabilidad y la sensibilidad del pie de gato. Entre las más utilizadas en el mercado están las de Vibram, que incorporan en sus modelos distintos fabricantes. Dentro de las variedad de compuestos que ofrece Vibram, también encontramos diferencias:
• XS Grip 2: más blanda y adherente, ideal para búlder y desplomes.
• XS Edge: más dura y estable, para vías de precisión.
• XS Flash 2: desarrollada para rocódromos, no deja marcas.
• XS Eco: contiene un 20% de material reciclado.
También hay marcas de pies de gato que desarrollan su propio compuesto de goma para la suela, como es el caso de Zenith de la firma española Boreal, que ya hemos mencionado como pionera en este sector en los años 80.
Por su parte, la marca norteamericana Five Ten (actualmente propiedad de adidas) revolucionó el mercado en los 90 con su goma Stealth, que aún sigue utilizando en sus modelos. Otras gomas propias son la Trax de Evolv, o la Xtreme Friction Rubber de Mad Rock, entre otras, y cada una ofrece asimismo variedades dentro de sus compuestos.
Un concepto relacionado con la goma y la horma que también fue revolucionario es el “No-edge” de La Sportiva, que propone una punta redondeada, sin bordes, que aplica a modelos como los Futura, consiguiendo una mayor superfice de adherencia. El grosor habitual de las suelas oscila entre 3,5 y 4,5 mm: las más finas ofrecen mayor sensibilidad pero se desgastan antes, mientras que las más gruesas son más duraderas pero menos sensibles.

Entonces, ¿qué pie de gato me compro?
Como hemos visto, no existe el pie de gato perfecto que sirva para todo. Si estás empezando o entrenas en rocódromo, busca un modelo cómodo, plano y económico. Si lo tuyo es el búlder, apuesta por un modelo blando, con goma envolvente y cierre de velcro. Para las vías de escalada deportiva más técnicas, elige un modelo de rigidez media, con buena precisión y sujeción, mientras que para las vías largas, prioriza la comodidad.
Valora también tu presupuesto, teniendo en cuenta que un pie de gato básico de iniciación no baja de 50 euros, y de ahí el coste va aumentando hasta los aproximadamente 150 o más de los gatos técnicos de alto rendimiento.
Piensa que el mejor pie de gato no es el más caro, sino es el que mejor se adapte a tu pie, a tu nivel y a tu estilo de escalada. No compres por marca o por moda, sino analizando sus características y tus necesidades, y pruébatelo siempre antes de adquirirlo.



